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    Bernardo Gutiérrez Parra
    Desde el Café

    Si el asesinato de la maestra Elizabeth Meza Rivera ocurrido la semana anterior tuvo como móvil el cobro de piso, aguas. Esto querrá decir que directores, subdirectores y docenes de más de 25 mil planteles escolares de Veracruz (entre públicos y particulares), están en riesgo inminente.

    Por el bien del magisterio veracruzano debe esclarecerse este crimen, pero sin chivos expiatorios, sin acusaciones falsas y sin politizar el caso, para que maestros y maestras sepan a qué atenerse y tomen las medidas pertinentes.

    ¿Recurrir a la policía? Uy no, para qué.

    Tras el asesinato de la maestra, tanto docentes de la escuela “Adolfo Ruiz Cortines” de la que era subdirectora, como maestros de otros planteles pidieron que se refuerce la seguridad, pero el gobernador Cuitláhuac García evadió la petición.

    “No es que haya un ambiente de inseguridad para el magisterio y se está investigando en ese asunto, qué pasó, para dar con los responsables del móvil. No es contra el magisterio, pero quieren poner en una encrucijada y que no diga de qué se trata exactamente”.

    Lo único que quedó claro de esa parrafada es que para nada habló de proteger a los maestros y como siempre la regó. Aseguró que se dará con los responsables del móvil, cuando debió decir responsables del crimen. El móvil o motivo del asesinato deberán confesarlo los sicarios cuando los atrapen… si los atrapan.

    ¿Qué no hay un ambiente de inseguridad para el magisterio? Ja. Cómo se nota que sus asistentes no lo ponen al tanto de la inseguridad magisterial. Por decenas se cuentan los mentores (en especial de las zonas rurales) que han denunciado amenazas, extorsiones y hasta secuestros por parte de los delincuentes.

    Si la macabra contabilidad no falla, esta es la tercera docente asesinada en esta administración. La primera fue la maestra de un kínder en Boca del Río, a la que sujetos en motocicleta atacaron a balazos el 9 de mayo del 2019 delante de su marido y su hijo.

    La segunda fue la rectora de la Universidad Valladolid de Xalapa, también asesinada a balazos en junio del 2020. Y por la que una mujer de 31 años y madre dos hijos que estaba a 300 kilómetros del lugar de los hechos y jamás en su vida había visitado Xalapa, fue condenada a 60 años de prisión.

    Y la tercera Elizabeth; maestra, subdirectora, madre y abuela a la que un par de sicarios a bordo de una motocicleta ultimaron la semana anterior.

    Evasor de la realidad al igual que su jefe Andrés Manuel, Cuitláhuac García criticó que se comparen los homicidios de la 4T con los que hubo anteriormente. Dijo que en aquellos años no estaban cuatro carteles que hoy asolan Veracruz cuando eso es falso. Los carteles están desde antes que él bloqueara calles y pintarrajeara paredes.

    “Pero no se puede comparar así ¿por qué?, porque no estaban los Zetas, no estaba el Cartel Jalisco, no estaba el grupo Sombra y no estaba el Cartel de Sinaloa, no estaba la descomposición que tenían estos gobiernos corruptos, que corrompieron fiscalías, acciones de gobierno y empobrecieron a la gente. ¿Eso todo lo quieren borrar? Y decir ‘ah, mira, eres más alto.’ Sí nada más que ahora hay que lidiar con todos esos grupos y toda la corrupción y la pobreza que dejaron… Y aun así quieren decir, ‘ah, tienes que tener los (asesinatos) del 2000’. ¿Ah sí? Entonces quítenme a todos esos grupos, regresemos a esa época y entonces empezamos. Sí cómo no, ahí sí es válido” dijo el señor.

    Patético.

    Lo cierto lector es que ni se acabará la inseguridad y seguirá la violencia. Y si nadie protege a los maestros su profesión pasará a ser de alto riesgo.

    Reitero, si el asesinato de la maestra Elizabeth fue porque no pudo pagar un dinero que quizá no tenía, las demás escuelas, pero sobre todo su personal docente, están en peligro inminente y en la indefensión total. Con su evasiva, Cuitláhuac García dio a entender que su gobierno no los va a proteger y estas son pésimas noticias para la sociedad veracruzana.

    Hace unos años un sociólogo escribió a propósito de la descomposición social: “El cobro de piso que comenzó en bares y centros nocturnos se ha extendido a restaurantes, almacenes y medianas empresas. Si el gobierno no actúa se extenderá a las escuelas y de ahí a las casas particulares. El grado de descomposición social llegará a su clímax el día que toquen a tu puerta y te exijan dinero para que sigas habitando en tu propio hogar”.

    Terrible panorama; sólo de pensarlo se erizan los vellos del espinazo.

    bernardogup@hotmail.com