Rafael Arias Hernández
Mutatis mutandis
El cambio sigue y la entidad veracruzana experimenta una entrega recepción de gobiernos municipales que, contadas excepciones, no satisface lo establecido en las leyes correspondientes. La eficiencia se enfrenta siempre a la delincuencia gubernamental, importante que desde el principio se exija atender este y otros aspectos de su funcionamiento diario.
A los numerosos presuntos responsables, prófugos potenciales y culpables en la impunidad, se agregan ya los nuevos delincuentes que se inician con el encubrimiento, la desatención a los daños causados y hasta el beneficio personal o de grupo, por no hacer nada, por dejar hacer y dejar pasar.
¿Cuáles son las verdaderas condiciones en las que se recibieron las administraciones que pronto cumplirán su primer año en el encargo? ¿Todo está bien, en orden y sin graves o importantes problemas pendientes de atender? ¿Las nuevas administraciones municipales asumen y se responsabilizan de todos los daños, perdidas y pendientes que recibieron? ¿Qué hay de la conclusión y consecuencias del proceso de entrega recepción?
Desde luego que es transcendental reconocer esfuerzos, logros y avances. Importante identificar el trabajo bueno y responsable, que debe defenderse y mejorarse, porque cuesta mucho lograrlo. Como también importa mucho, insistir que se debe señalar lo que no se hizo, los pendientes, errores, perdidas, daños e irresponsabilidades. No hacerlo abre las puertas a la complicidad y a otras formas de responsabilidad, que tarde o temprano se saben y hacen presentes. Casi siempre, como consecuencia, a la ineficiencia se suma o asocia la delincuencia.
Con su pocas y muy contadas excepciones la simulación, el encubrimiento y, en general, el dejar hacer y dejar pasar, así como la reiterada incapacidad y complicidad, caracterizan las transiciones gubernamentales municipales.
Mientras tanto, a cada paso que dan los supuestos órganos de fiscalización, se prueba y comprueba el uso y abuso de la representación y el cargo oficial, y entre las consecuencias se sabe de los cuantiosos recursos públicos perdidos, sustraídos o desviados, que simplemente no se ocuparon para atender las necesidades básicas de la población en cada municipio.
Por ahora, escuetamente hay que señalarlo y decirlo. En todo caso, es un asunto público que destaca, ante la inocultable crisis económica que se padece y recibe, en buena medida del exterior, ya que incrementa y complica la situación, de diferente forma en cada localidad. Resaltando el creciente empobrecimiento, inseguridad, crisis de las finanzas públicas, limitación de la acción empresarial y debilitamiento gubernamental.
En este contexto, oportuno recordar e insistir, que no entender ni atender la economía, ocasiona que las finanzas públicas se vean rápidamente afectadas, particularmente en su capacidad de gasto y en su cobertura de atención a las prioridades y necesidades de la población. Pero, además la notoria desatención financiera gubernamental, tanto pública como social, así como su falta de seguimiento y control verdadero y efectivo, también hace inevitable hablar de las limitaciones y desventajas propias del mal manejo, la incapacidad y las ocurrencias, de quienes son responsables de dirigir y administrar los recursos gubernamentales.
Si negar ni minimizar los aspectos positivos, así como los contados logros y avances, por las nuevas condiciones y los cambios que ocasiona la nueva realidad, es imprescindible actualizar, modernizar, y fortalecer la administración pública en general y la política fiscal en particular.
Precisa tener siempre presente, los limitados recursos públicos de que se dispone, para atender la multiplicidad de necesidades sociales, siempre en aumento.
Hacerlo, a partir de las limitaciones, obstáculos y retos que ocasiona el sistema fiscal, altamente centralizado, al que se pertenece y determina en muchos aspectos.
Imprescindible actualizar y fortalecer el tema de las finanzas públicas, sobre todo cuando se ha establecido como inocultable prioridad, atender las desigualdades y rezagos, las injusticias y falta de oportunidades.
IMPRESCINDIBLE ATENDER A TODOS.
Pero, para empezar, hay que considerar lo más urgente. Considerar, que primero los pobres, porque no es justo mantener a seres humanos sobreviviendo de caridad, sobras y los desperdicios. Unos y otros, toda persona debe tener oportunidades de ejercer sus derechos y libertades, de demostrar sus responsabilidades y capacidades. No es humano que vivan o sobrevivan casi como animales.
Además, se sugiere que debe considerárseles y tomarlos en cuenta, porque son muchos, son mayorías y siguen creciendo, demandando derechos, oportunidades y servicios públicos. Hay que recordar que, no atenderlos implica sacrificarlos al cancelarles expectativas y esperanzas. Con la desatención efectiva y oportuna de la pobreza se mantienen abiertas las puertas de la inconformidad y hasta de la violencia. No hay estabilidad ni paz públicas. Luego entonces nadie está seguro.
Hay, desde luego, activos importantes de los que se puede disponer. Logros y avances que no se pueden ignorar, despreciar ó minimizar.
Porque ha costado mucho alcanzarlos hay que defender y fortalecer instituciones, políticas y programas gubernamentales que no sólo deben sostenerse sino ampliarse y fortalecerse, bajo un denominador simple y sencillo: todo ser humano, por el simple hecho de serlo, debe ser considerado y atendido en sus derechos y libertades. Repetir e insistir. Para esto y más, hay que actualizar la administración y sus políticas oficiales.
Y desde luego, poniendo rápida y suficiente atención a quienes más lo necesitan, a los que urgen de lo básico y elemental. Primero los pobres, haciéndoles efectivos los servicios básicos de la educación, salud, seguridad y recreación. Y, siempre tener presente, que hay que atender la economía, promoviendo las inversiones públicas y privadas que mejoren las condiciones de vida de todos, a través del crecimiento económico; y desde luego, de la generación empleos, eso sí, con salarios dignos y prestaciones sociales básicas.
En Veracruz, al cambio de autoridades municipales se generan oportunidades de mejoramiento de los gobiernos municipales, pero no se da en automático, ni por arte de magia. Imprescindible poner atención a la eficiencia y honestidad municipal. Y también a la estatal y federal, que hay que fiscalizar e impulsar siempre, combatiendo en todo a la delincuencia. La participación ciudadana es un derecho. La contraloría social debe estar presente y ser más efectiva.
-Academico.IIESESUV @RafaelAriasH,Facebook:VeracruzHoydeRafaelAriasH