Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
Tras darse a conocer el caso de un aparato de ultrasonido que supuestamente habría sido robado por un empleado y que pertenecería a la Secretaría de Salud de Veracruz, surgen muchas interrogantes.
De acuerdo con la información que dio a conocer el director de Administración de los Servicios de Salud de la Entidad, Jorge Sisniega Fernández, el trabajador ya fue identificado.
Aunque el funcionario señala que se lleva a cabo una investigación, en las redes sociales ha trascendido que el aparato supuestamente habría sido sustraído de una bodega en el municipio de Banderilla, pero que actualmente estaría en un domicilio del municipio de Coatepec.
Además, en las mismas redes sociales se asegura que el trabajador supuestamente pretendía vender el aparato en 700 mil pesos.
Los medios de comunicación han dado cuenta de varias irregularidades en la dependencia estatal como, por ejemplo, en la compra de medicamentos o el robo de los mismos.
Las dudas y las sospechas surgen.
¿Acaso en la Secretaría de Salud se encubre a una red de corrupción?
De ser así, ¿quiénes están involucrados?, ¿quiénes son los funcionarios beneficiados?
¿La dependencia estaría comprando equipo y material robado?
Lo mejor que podría hacer el gobernador Cuitláhuac García Jiménez sería que asumiera su responsabilidad y procediera contra los presuntos responsables, porque, al final, el único afectado es él.
El mandatario veracruzano siempre ha insistido en que ellos, los Morenos, no son iguales a los gobiernos pasados. Se jacta en decir que ellos no son corruptos.
Si Cuitláhuac García en verdad quiere demostrarles a los veracruzanos que habla en serio y que, además, le interesa acabar con la corrupción, entonces, con la ley en la mano debería ir contra quienes resulten responsables, incluidos altos funcionarios, si es que están involucrados y no solamente empleados menores.
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