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    Sergio González Levet
    Sin tacto

    Bien que eligió su área de especialidad la doctora en Derecho Emma Tatiana Mariani Sentíes cuando se decidió por internarse en el ámbito jurídico de la mediación.


    ​Y lo repito de esa manera igual que ayer porque nuestra actualidad nacional convulsa nos tiene divididos: amigos contra enemigos, pero también amigos contra amigos, hermanos frente a hermanos, padres contra hijos, y una larga cadena de enfrentamientos, de dicotomías que parecen irresolubles: amloístas versus adversarios, cuatroteístas vs. neoliberales, revolucionarios vs. conservadores, chairos vs. fifís, honestos vs. traidores a la patria… y así hasta el infinito.
    ​El maestro Guillermo Ortiz Mayagoitia explica acucioso el término:
    ​»La resolución alternativa de controversias (RAC) se ha propuesto como un alivio a las inmensas cargas de trabajo que soportan los tribunales del Estado, pero tienen un baremo a veces insuperable, y es que las partes se quieran arreglar, pues nadie puede someterlas a la potestad de un mediador, como sí se puede someterlas a un juez.”
    ​Abunda quien fuera impecable Presidente de la Suprema Corte de Justicia que “se han hecho muchos esfuerzos en pro de la mediación”, y reconoce la voluntad en este camino de jóvenes profesionales mexicanos, “como Tatiana, así que bravo por ella”.
    ​Cuando la doctora Mariani se refiere a algún detalle de su especialidad brotan en ella la pasión y el empeño. Mediar, nos dice, es empujar una negociación hasta el éxito, lograr que dos o más personas confrontadas hallen un lugar común en el que puedan caminar hacia un objetivo conjunto.
    ​“Esa estrategia de gestión del conflicto que implica ceder,” dice Tatiana Mariani, “debe llevarse a cabo con la guía oportuna de un profesional en comunicación y conflicto, experto en la mediación y la conciliación, con conocimientos que permitan encontrar un puente en común con los involucrados.”
    ​“El profesional de la mediación,” nos convence Tatiana, “puede humanizar más profundamente la solución de conflictos legales, resolver con menor tiempo y costo, prever conflictos y encontrar intereses compartidos para llegar a acuerdos satisfactorios para las dos partes.”
    ​“Mediar,” urge convencida esa reconocida profesional del Derecho, “nos permitirá que consigamos, en medio de la realidad convulsa que estamos padeciendo, acabar de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar para superarla, como bien nos enseñó Albert Einstein.”
    ​Cuando vemos en la televisión a tantos grupos dominados por la violencia, cuando asistimos al espectáculo de un país peleado con sí mismo, cuando padecemos en las redes sociales la iracundia de mensajes llenos de odio contra el otro, que debía ser el prójimo, nos damos cuenta de que Emma Tatiana y quienes como ella se están adentrando en esa especialización crucial nos están haciendo el favor de encaminarse por una vía que aportará herramientas para que hallemos la paz y la conciliación, como grupos, como ciudadanos y como personas que queremos vivir en paz, tal cual imaginó John Lennon.

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