Destacado

    Jorge Vázquez Sangabriel
    Palimpsesto

    El deterioro económico del país, la depreciación de la moneda, la espiral descendente del poder adquisitivo, la avasallante pobreza que se incrementa segundo a segundo, el torbellino inflacionario con insistente estanflación, el número creciente de población en extrema pobreza, el empobrecimiento de la clase asalariada, entre otros, son testimonios de un fracasado intento ideológico delirante, en una de las regiones más privilegiadas geográficamente del mundo, con recursos naturales suficientes; estos testimonios observables, medibles y comprobables, reúnen el conjunto de incapacidades cognitivas de todo un gobierno, en donde destacan en el territorio, gabinetes del ejecutivo no aptos para remontar las apremiantes necesidades económicas y todo lo que de ello deriva para este pueblo; con una cámara federal de diputados cómplices con quien les ordena desde palacio nacional. Las imágenes individuales y colectivas de los más necesitados se observan en condición deplorable; fracasó el edén prometido, pintado, clamado y aclamado en los discursos de un candidato y de un presidente-candidato, sólo sirvieron y sirven, como propaganda concesionada al poder, esto, hace e hizo que muchos hombres y mujeres se arrobaran a la espera de la prosperidad y la riqueza que encontrarían como lo planteaban los desconcertantes discursos de un individuo fuera de sí.
    En lugar de ello, este pueblo, como otros de Latinoamérica, ha encontrado la adversidad y la pobreza toda, contenida, inducida, provocada, por un discurso ligero y a la ligera del trópico salvaje llevado a la acción gubernamental, y, ese pueblo, tan necesitado, se debate en las necesidades elementales para la vida, padeciendo en los bolsillos, las bolsas, los monederos y sobre todo en las tarjetas, la incertidumbre constante, escuchándose insistentemente por doquier el lamento en la frase: “no alcanza”, que asusta a todas las familias haciendo temblar los hogares, revelación de una mentira ominosa en la que creyeron y confiaron.
    Y, es ahí, en que la esperanza y la confianza depositada, se han visto defraudadas, estando el pueblo a la deriva e importantes segmentos productivos desmoronándose o desmoronados ya, otros en el naufragio, hundiéndose o a punto del hundimiento.
    Prosperidad y riqueza planteada de la cual se hacía alarde, no llegaron ni llegarán, los análisis financieros demuestran lo contrario.
    En lugar de prosperidad, los seguidores se han encontrado con la adversidad y la desventura, tanto que esa misma frustración, les impide a segmentos ya menores en cantidad, ver con claridad la realidad, e intoxicados como se encuentran, continúan defendiendo irracionalmente lo indefendible; sendas crónicas se escuchan en un eco colectivo, en donde se debaten y se rebaten los puntos del engaño del que hemos sido víctimas, al tiempo que se describen injustificables consideraciones que pregonan los corrompidos por unos cuantos depreciados pesos; alabanzas llenas de bondad, de maldad, de miseria y necesidad, porque, el peor castigo de ello, lo padecen quienes defienden la ideología, siendo víctimas del principio alienante de la enajenación.

    Sintácticas
    Dime porqué marchas y te diré quién eres.
    Las marchas se acuerdan y se recuerdan.
    Una marcha es una peregrinación que se adelanta a un hecho predeterminado.
    Una marcha puede ser también un distractor, como le ocurrió al Mariscal Grouchy en la batalla de Waterloo.
    Marchar en retirada también es una estrategia.
    Adriano marchaba con sus ejércitos en pos de la conquista y conquistaba.
    Napoleón marchaba también derrotando a otros ejércitos sometiendo pueblos…hasta que un día, marchó de más y, ya cansadas sus tropas fue derrotado por el invierno ruso…conducidos a esa trampa por la mente estratega fría y calculadora, que sabía esperar, no apresurándose, del galante Mariscal de Campo Mijaíl Kutúzov.