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    Mar de León
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    El profesor Cuco impartía la materia de Cívica y Ética en la escuela donde concluí el bachillerato.
    ​Recuerdo una pregunta que nos hizo un día a cada alumno del salón en una de sus clases. ¿Cuánto dinero traía cada quién?
    ​Algunos llevaban menos que otros y unos no tenían nada.
    ​El catedrático planteó la propuesta de que, en una bandeja, todos pusiéramos nuestro dinero y después lo repartiéramos en partes iguales. A los que contaban con más efectivo, naturalmente, les pareció mala idea.
    ​Si transportamos ese planteamiento a nuestro país y a otro, como alguno musulmán, veríamos que a los mexicanos les parecería muy mala idea y a los árabes no tanto.
    ​Digo eso porque en México las ganancias del petróleo, que son inmensas, si fueran repartidas equitativamente o invertidas para el bien de todos, harían que realmente viviéramos como dice López Obrador que aparentemente vivimos ahora con la 4T.
    ​Veo la magnificencia de Catar, que se manifiesta en edificaciones monumentales y servicios de primer mundo, contra nuestras carreteras llenas de hoyos y nuestros hospitales sin medicinas, y pienso que nuestro problema es de distribución de la riqueza.
    ​Antes el dinero se iba en la corrupción. Ahora se va en los tres grandes proyectos inacabados de AMLO y en la repartición de limosnas que no le alcanzan a nadie para nada.
    ​Y así nuestra riqueza se sigue esfumando, mientras nosotros vemos pasar el tiempo y nos vamos poniendo viejos, como el recordado Pablo Milanés, que en paz descanse.

    Margl84@gmail.com