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    Felipe de Jesús Fernández Basilio
    Desde A Janela

    “Ya solo restan un año, diez meses y cinco días para que se vaya a … su rancho”

    Algo que ha pasado prácticamente desapercibido debido a tanto ajetreo interno es que la auto mal llamada 4t también ha destruido a la tradicionalmente fuerte política exterior mexicana.
    Y es que hoy por hoy la diplomacia mexicana es prácticamente inexistente y las muestras más palpables de ello son los rotundos fracasos mexicanos para designar a altos funcionarios en organismos internacionales, como recientemente sucedió con la candidatura de Gerardo Esquivel para dirigir en Banco Interamericano de Desarrollo.


    Pero el abandono de la política exterior mexicana no solo se limita a la falta de cabildeo para colocar a los candidatos mexicanos en posiciones internacionales, sino que en estos momentos México es un país que pasa desapercibido en casi todos los escenarios internacionales.
    La decisión de López Obrador de no realizar visitas de Estado ni acudir a cumbres internacionales ha provocado el aislamiento diplomático que padece México en la actualidad y es que uno de los principios básicos de la diplomacia es el de reciprocidad y por ello el actuar del presidente mexicano es correspondido por los de los demás países.
    En lo que va del sexenio, salvo algún dictadorzuelo latinoamericano, ningún Jefe de Estado extranjero importante ha visitado nuestro país y eso es algo digno de destacar debido a que México ha sido un país que siempre se caracterizó por recibir a todas las figuras internacionales del momento.
    Y es que las relaciones internacionales son exactamente iguales que las personales, se deben de cultivar y al no hacerlo la consecuencia lógica es el aislamiento con la consiguiente pérdida de peso en las decisiones globales.
    Y aunque, el canciller Ebrard acumula miles de millas viajando a cuanta cumbre internacional se le presenta o visite muchos países, eso en política internacional no basta, ya que hay eventos en los que es exigida la presencia del Jefe de Estado y solamente con su presencia se cumple con la obligación.
    Pero eso es imposible que suceda en un país que tiene a un haragán profesional como Jefe de Estado, ya que asistir a una cumbre o llevar a cabo una visita de Estado o de trabajo es cumplir con una agenda muy apretada, lo que no va a hacer alguien que no trabaja más que unas cuantas horas en la mañana.
    Y es que no es que las reuniones internacionales sean improductivas o puedan sustituirse por llamadas telefónicas para solamente dedicarse a gobernar el país, como lo ha pretendido justificar López Obrador, la cuestión es que el presidente mexicano no trabaja y, por lo tanto, le cuesta muchísimo someterse a una agenda intensa por varios días.
    Y la consecuencia de ese abandono deliberado de los asuntos internacionales es que nuestros socios comerciales se reúnen y toman decisiones sin consultar a México y ello amén de las oportunidades de negocios, de apoyo a migrantes, de inversiones en ciencia y tecnología o culturales perdidas por la desidia de quien tenemos como presidente.
    Ya que no hay que olvidar que una visita de Estado o de trabajo no solamente consiste en las fotografías, cenas y eventos de pompa y circunstancia que las acompañan, sino que también integran una serie de reuniones de suma importancia tanto para el visitante como para el visitado; tal y como lo son la intervención del Jefe de Estado invitado ante el legislativo del país al que acude o los eventos con cámaras empresariales, partidos políticos, organizaciones sociales o reuniones con determinadas comunidades que se llevan a cabo cada vez que hay una visita de Estado.
    Por ello es que dejar de llevarlas a cabo es perder muchas oportunidades de obtener ventajas para un país y en consecuencia es incumplir con las obligaciones que trae aparejadas el cargo de Jefe de Estado.
    Claro, eso poco importa a un presidente que no está acostumbrado a trabajar y que por ello mejor prefiere “invertir” su tiempo en mandarse a organizar un aparatoso desfile para intentar desagraviarse por una marcha ciudadana en rechazo a su proyecto de contrarreforma electoral, actitud que comparte plenamente con los aislados dictadorcillos que tanto admira.
    En fin, México sigue perdiendo oportunidades para desarrollarse debido al mal gobierno que padece, pero la buena noticia es que ya cada vez falta menos tiempo para que esta administración termine.

    felfebas@gmail.com
    Twitter: @FelipeFBasilio