Destacado

    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    El proceso electoral del próximo año, 2024, se destacará por el hecho de que algunos partidos sufrirán divisiones internas o bien, estarán cerca de desaparecer si se aplican las reformas electorales impulsadas a capricho por el presidente López Obrador.

    El ataque es franco contra el Instituto Nacional Electoral (INE), pese a que este organismo se destacó en 2018 al aplicar un proceso justo en el que no hubo fraude y se reconoció el triunfo del actual presidente.

    Luego de 2018 y ante la cercanía de la renovación de la presidencia así como del Congreso de la Unión, algunas gubernaturas y congresos estatales, se palpa una división interna en algunos partidos, principalmente en Morena y el PRD.

    En Morena ocurre porque tienen a un presidente del partido –Mario Delgado- que vela por sus intereses y no por el bien de la nación. Sobrevive gracias a su labia y no le ha importado poner obstáculos a algunos militantes que han buscado candidaturas, como el caso de Ricardo Mejía que ansiaba la candidatura al gobierno de Coahuila y que, pese a pertenecer a Morena, era más reconocido que el empresario minero y expriista, Armando Guadiana, que ha ganado millones de pesos con su venta de carbón a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

    No ocurrió lo mismo en el Estado de México, pues Delfina Gómez, pese a su nula preparación y torpeza evidentes, es la favorita del presidente López Obrador no sólo que se mantenga como candidata, sino porque él lo que busca es mantener el control de la nación, de ahí que se desviva también por Claudia Sheinbaum, pese a que ella ha demostrado incapacidad siquiera para gobernar la Ciudad de México.

    Hay una militancia dividida que no necesariamente se irá con la oposición, pero sí se iría con el Partido del Trabajo (PT), que ha ido en alianza con Morena pero que con el paso de los años ha perdido posiciones, sin protestar.

    Y hay más, hay grupos fuertes que apoyan a Marcelo Ebrard, otros a Adán Augusto López y aunque usted no lo crea, hay algunos despistados que le brindan apoyo a Gerardo Fernández Noroña, el otrora líder de deudores de la banca que nunca pagó un peso, pero que sí escaló a cargos públicos.

    En el PRD la crisis es mayor, pues el partido no levanta ni siquiera en coalición. Ha ido de la mano del PAN y el PRI y sus números siguen decaídos. Junto con el Partido del Trabajo (PT) son los que más están en riesgo de perder su registro.

    En el caso de Veracruz, por ejemplo, el PRD tiene sus horas contadas. Su liderazgo no es débil, pero su militancia pareciera no estar definida si sigue con el PRD o brinca hacia Morena. De hecho, ya ocurrió que antes que iniciara su trabajo la actual legislatura, sus dos diputadas traicionaron al partido y se fueron con Morena.

    Corcholatas infumables

    También hay dudas sobre si Marcelo Ebrard continuará en Morena una vez que le den una patada por el trasero y si Ricardo Monreal se irá para ser el candidato de Movimiento Ciudadano. Aunque el apoyo hacia Claudia Sheinbaum no es total el solo hecho de que el presidente la proponga ya causó división. En el caso de Adán Augusto López, no es popular y no tiene el apoyo de la militancia, pero continúa realizando precampaña para –cuando menos- figurar.

    Tampoco hay mucho apoyo de los gobernadores morenistas. Ellos y sus seguidores se rasgan las vestiduras por el presidente, pero en sus estados no han cumplido. Casos concretos: Sonora, Michoacán, Colima, Baja California Norte y Sur, Sinaloa, Guerrero, Chiapas y Veracruz. En cada uno de ellos los resultados son mediocres. No hay inversión pública, no hay empleos y la inseguridad les ha rebasado.

    Veracruz

    Rumbo a la gubernatura en 2024, los aspirantes a la candidatura por Morena, PT y Verde Ecologista nomás no dan una. El caso más dramático es el de la secretaria de Energía, Rocío Nahle, que recibió la instrucción del presidente López Obrador de no descuidar el tema de la refinería Dos Bocas que, aunque fue inaugurada el año pasado aún no refina un solo barril. En el caso del diputado federal Sergio Gutiérrez éste no fue bien recibido ni por Cuitláhuac García ni por muchos morenistas veracruzanos. Es un expanista del Estado de México y aunque se movió por un tiempo en la zona sur, el sólo hecho de haber pertenecido a Acción Nacional le restó posibilidades.

    Hay otros aspirantes como es el caso del delegado de Bienestar, Manuel Huerta Ladrón de Guevara que fue denunciado por una mujer que lo señaló como su violador y el asunto se perdió –como era lógico- en la Fiscalía General del Estado- pero tampoco es un tipo que parezca tener posibilidades.

    Y en el caso del secretario de gobierno, Eric Cisneros, bueno, parece un mal chiste que no vale la pena comentarlo.

    PD La oposición en el país apenas está a tiempo de construir una coalición no sólo para recuperar la presidencia, sino para nivelar el Congreso de la Unión y en el caso de los estados parece que tendrán buen resultado en Yucatán, Guanajuato y la Ciudad de México. En el caso de Veracruz, tras la experiencia vivida con Cuitláhuac García, habría posibilidades, pero sólo si van unidos. Los amagos del PRD no deben afectar pero es posible que los traicionen y no se vayan con Morena, sino con Movimiento Ciudadano. Al tiempo.