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    Julio Vallejo

    La línea delgada entre mi opinión y la tuya.

    Cada noche después de salir del trabajo; estoy hablando de hace ya muchos años, si mal no recuerdo allá por los ochentas, en aquellos tiempos donde la música era una de las mejores medicinas para el cerebro y la marihuana lo peor para él.

    Lo digo con  conocimiento de causa.

    Cabe hacer mención que todas las calles de aquí de Xalapa, son subidas y bajadas, pues resulta que así era la vida de algunos cuates del barrio, no lo digo económicamente, si no por su estado etílico, apenas  se les estaba bajando, cuando ya tenían la caguama en la mano o peor aún tenían una bolsa de Resistol 5000.

    En aquel entonces; este era su oro molido no solo por el color del mismo, si no por el trance emocional o las locuras que se decían en ese momento de destello y lucidez. En un viaje que tenía el “mosquito” por el solvente, sentía que manejaba una camionetota bronco. Yo, solo me dedicaba a verlo como se divertía manejando con una mano y con la otra agarraba bien la bolsa con el producto. 

    El bato, tenía una cara de extasiado, donde en su viaje al infinito y más allá, le subía a la radio imaginario de su camioneta y cantaba esa rola de los Enanitos verdes: 

    Y yo estoy aquí borracho y loco, Y mi corazón idiota siempre brillará, y yo te amaré, te amaré por siempre, Nena no te peines en la cama, que los viajes se van a atrasar. Y como si fuera Mp3; no terminaba de esa y ya estaba con la canción de la puerta de Alcala. Y decía:  miralá, miralá, miralá, miralá la puerta de alcala.

    Y si efectivamente ahí estaba la puerta.

    Las drogas no solo destruyen a la persona, también se pasa atraer a la familia, a los amigos, por más que le decía al “mosquito”; deja ese vicio y mejor ponte hacer otra cosa, no podía sacarlo de ahí, todas las noches que pasaba por la calle para llegar a mi casa; por más que le comunicaba abiertamente el afecto para que dejara el vicio y no se hiciera daño, era nulo.

    La vida de un adicto no es fácil.

    Las drogas no solo afectan las relaciones sociales, también las laborales, cuántos hombres y mujeres han perdido la libertad por estas sustancias tan dañinas para la vida, siempre criticamos al borracho, al drogadicto; pero jamás pensamos en primer instante qué problemas estará pasando, qué infierno estará viviendo solo o peor aún, qué trastorno mental tuvo que pasar, para que llegara a ese extremo de estar muerto en vida.

    Paciencia tiempo y sobre todo voluntad.

    La familia, es lo más importante y lo más cercano a cada uno de los seres humanos, que nos estará pasando que cada día que pasa se va perdiendo ese entorno familiar tan importante; mientras cada día va ganando el me vale madre el de a lado que yo puedo solo ¿será?.

    Y por cierto el “mosquito” terminaba cantando: Espero algún día, bailar, como baila el mar con los delfines. Y usted que opina