Vicente Luna Hernández
Si es cierto, en la elección presidencial 2018 fue el más votado de la historia, si es cierto, logro aglutinar a su alrededor el apoyo de las mayorías de las clases sociales no solo de los pobres, es cierto, la aceptación a su persona permitió la llegada al Congreso de la Unión de personas impresentables de la vida pública del país, es cierto, convenció y repartió rebanadas del pastel legislativos a sus aliados eventuales y gotas de poder a sus incondicionales, incluidos los nuevos aliados de diferentes partidos e ideologías diferentes a la que usted había pregonado en las plazas públicas , es cierto Presidente, su discurso de romper con el pasado de corrupción, privilegios para la clase gobernante y excesos en el ejercicio del poder fue aplaudido, reconocido hasta por sus adversarios y todo se reflejó en la urnas, es cierto, la esperanza de nuevos aires de un estricto respeto la Constitución, transparencia en el manejo de los recursos públicos y combate a la impunidad oficial, sería una realidad y México sería un ejemplo de democracia en el mundo…es cierto, hoy México lo espera.
Hoy México vive otra realidad social y política, la aceptación a su persona y a su gobierno es cuestionada por sectores sociales que ayer le dieron su voto, organismos autónomos han señalado sus excesos de poder sin respeto a la ley, los crímenes de alto impacto han lastimado a miles de familias, la opacidad en la asignación de contratos gubernamentales se sigue paseando en las oficinas de gobierno, su manto protector a quienes son señalados de algún hecho delictivo lastima a la sociedad, su desdén de escuchar a otras veces que no san sus aplaudidores oficiales es una bofetada a la pluralidad de México, la falta de medicinas y su pretensión de ideologizar de acuerdo a su pensamiento la educación pública es un agravio más, no se confunda C. Presidente, hoy México no es el del 2018 y en la boleta electoral del 24 no estará su nombre.
Es cierto que una de sus mayores fortalezas son sus conferencias mañaneras, es el espacio oficial donde puede decir lo quiera, ofender al que quiera, difamar a quien quiera, reír, canta y burlarse de cualquier cuestionamiento a su gobierno, un halo divino lo cubre y se siente usted tocado por todos los dioses, no se confunda .C. Presidente, hay una sociedad que estaba agazapada, inmóvil, solo esperando el momento indicado para salir y demostrar su enojo, la inconformidad a su manera de conducir al país lista para reprocharle sus resultados como Titular del Poder Federal y cobrarle la factura, no se confunda C. Presidente, la pasividad dejó ser un traje a la medida de un pueblo ofendido y agraviado.
La gran concentración en el zócalo de la ciudad de México y las marchas en diferentes ciudades del país, ¿que participaron en defensa del INE políticos y personajes de cuestionada imagen? ¿A poco los que han marchado con usted son unas blancas palomas y la pureza se les derrama por los lados? ¿Dónde está el principal señalado del fraude del 88? ¿Si sabe su nombre? Por si no lo recuerda a su lado en alguna oficina tiene al hijo de quien fue la víctima, tome la cosas en serio por favor C. Presidente, deje su sonrisa de perdona vidas y recuerde y cumpla sus promesas de campaña, ¿en sus datos ya ha cumplido casi el 99.99 de ellas? Seguro que hay una parte de la sociedad, del pueblo que marchó que tiene otros datos.
En la soledad de Palacio Nacional visualice su lugar en la historia, ser recordado como el impulsor de la 4 Transformación – que tanto presume- que hizo brillar más a México en el escenario mundial o ser el Presidente que a temprana hora hablaba sin cesar de un país imaginario y presumía una transformación de cuarta…la última palabra la tiene el pueblo de México no el partido Morena.
¿Qué escenario prefiero yo? Sin duda el primero.
P.D.- Con el ánimo que la fuerza social demostrada el domingo, salga a las calles después del plan “B” porque aún hay mucho por hacer…Escribiré otros día.