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    Felipe de Jesús Fernández Basilio
    Desde A Janela

    “Ya solo restan un año, seis meses y veintiocho días para que se vaya a … su rancho”

    Cada vez es más evidente que existe un México que ama el tener el derecho a elegir libre y democráticamente a sus autoridades, y ese amor lo demostró el último domingo de febrero al defender a la institución responsable de organizar y coordinar los procesos electorales que periódicamente se llevan a cabo para tal fin.


    En efecto, esa multitudinaria marcha realizada en las principales ciudades del país demostró que hay millones de mexicanos que estamos felices con el sistema electoral que tenemos, el cual es un referente mundial (¡Ni Dinamarca lo tiene!) y que además costó muchísimo a generaciones completas de opositores de todo signo imponer al antiguo régimen.
    También, esas multitudes nos enseñan que la democracia que se creía en pañales ya puede dormir sola sin necesidad de tener que arrullarle y aunque no ha madurado del todo; porque también es cierto, y hay que reconocerlo, que existe otra gran cantidad de mexicanos que genuinamente cree las mentiras que salen del palacio y por lo mismo, piensan que se trata de una “burocracia dorada” que no hace nada y que, para colmo, cuesta fortunas incalculables para el país.
    Más a pesar de que falta mucho por hacer, es muy apreciable el constatar el gran progreso que ha tenido la democracia en México y es que en apenas 26 años se ha podido insertar en el ánimo de la sociedad mexicana un sistema prácticamente desconocido para un país que ha sido gobernado todo el tiempo por medio de casi todos los tipos de autocracias que existen: teocracias, señoríos, monarquía absoluta, caudillismos, asonadas, intervenciones extranjeras, dictaduras personales y luego de partido único.
    Y es precisamente ahí en donde está lo destacable, que en poco más de un cuarto de siglo el ciudadano mexicano se ha ido dando cuenta del poder que tiene al presentarse en una casilla y ahí (solo delante de su conciencia, la crayola y la boleta) escoger el proyecto político que quiere que lo represente únicamente por tres, cuatro o seis años; ya que, en la siguiente ocasión, si no quedó conforme, puede cambiar la decisión.
    Y también en estos veintiséis años, ese poder ciudadano se ha complementado con la creación de instituciones especializadas en velar porque sea respetado y porque la decisión ciudadana sea acatada por todas las autoridades nacionales y es en esto último, es en donde cae por sí sola la mentira difundida por el intento cada vez más fracasado de autócrata que vive en Palacio Nacional.
    Cayendo dicha mentira, porque esa mal llamada inútil y costosa burocracia dorada, en realidad se trata de un cuerpo de especialistas que han dedicado años de su vida al estudio y aplicación de todas las ciencias y prácticas electorales que se van desarrollando y que, por lo mismo, deben de ser bien remunerados; o ¿A caso un médico especialista, un abogado curtido o un arquitecto de fama nacional o cualquier otro especialista en su arte, oficio o profesión aceptaría desempeñar su labor de manera centavera?
    También cuesta mucho dinero el que hasta en el último rincón del país se pueda tramitar una credencial de elector en cualquier época del año y que haya personal calificado para llevar a cabo ese trámite; esa es una capacidad de penetración que solo el Osito Bimbo y las compañías refresqueras y cerveceras han logrado y las inversiones que han hecho para lograrlo, no son para nada pequeñas y eso mismo ocurre con los gastos de operación del INE.
    Y ya que mencionamos la credencial para votar, hagamos un ejercicio y observémosla y al hacerlo, nos daremos cuenta de que tanto por sus materiales como por sus tintas, marcas y códigos es imposible que cueste 5 o 10 pesos, como el gobierno quiere hacer creer.
    La democracia cuesta, pero bien lo vale, y eso es precisamente lo que la ciudadanía que ya es consciente de sus derechos ha salido a defender, ya en dos ocasiones y muy seguramente, lo va a seguir haciendo tantas y cuantas veces sea necesario.
    Desgraciadamente la lucha va a ser larga, puesto que el intento de tirano no se cansa y si ahora está topando con el instituto electoral, ahora va por quien puede ser su garante y ese es el poder judicial.
    Cada vez le queda menos tiempo y por lo mismo cada vez será mayor la malignidad de las mentiras que difunda.
    felfebas@gmail.com
    Twitter: @FelipeFBasilio