Vicente Luna Hernández
Lo que ocurrió entre dos alumnas que decidieron dirimir sus diferencias personales a golpes, – donde una de ellas muere por los golpes recibidos con una piedra -, no es un tema para caer en el olvido y se deben de tomar las medidas necesarias para evitar en lo posible esta clase de actos que exhiben la bajeza de la calidad moral de los jóvenes testigos de este crimen, el video de los hechos no es algo para esconder debajo de una alfombra – como suele ocurrir – es la cruda y cruel realidad de la violencia que se pasea por el país de manera impune, no debemos de normalizar las escena donde 2 jovencitas alumnas – aun con el uniforme escolar- hacen gala de una rabia que habla claramente del entorno social que las rodea, ¿ dejó la escuela de ser un lugar seguro para los jóvenes?
Sin rodeos y sin discursos demagógicos, la Secretaria de Educación Pública Leticia Ramírez Amaya debe pronunciarse al respecto y lanzar un mensaje contundente de acuerdo a la gravedad de las circunstancias que se han presentado, no se vale que se diga que fue una pelea o son peleas al exterior de los centros educativos, la responsabilidad de cuidar a los jóvenes no termina donde está la puerta de salida de la escuela, mas allá de las consecuencias legales para la agresora, la SEP debe de prevenir hechos como este, las sanciones educativas deben ser contundentes y ejemplares, no más violencia verbal ni física en las aulas del país, las y los agresores debe saber que serán juzgados sin contemplaciones…México lo exige.
La responsabilidad de la seguridad de los jóvenes alumnos es de los 3 órdenes de gobierno, pero principalmente de los padres de familia y autoridades educativas por ser los más cercanos a los estudiantes y también de todos aquellos que son testigos en esos momentos de las peleas y con su violencia verbal, incitan a que ocurran los trágicos resultados que enlutan una familia y destruye otra, lo que ocurrió con los gritos de júbilo y de satisfacción ese día entre los testigos, puso 2 lozas de concreto: una donde reposan los restos de Norma Lizbeth y la otra en la espalda de su agresora Azahara Aylin, está claro que no fue solo una pelea de jóvenes y que terminara al tirar el último golpe, ¿son la mujeres el sexo débil? una vez más – lamentablemente para mal – quedó demostrado que desde hace mucho tiempo…dejaron de serlo.
Si bien es cierto la menor responsable ya está detenida, la historia macabra no termina ahí, seguro que la agresora asesina recibirá las terapias necesarias en el Centro de Internamiento para Adolescentes “Quinta del Bosque”, ubicado en Zinacantepec, Estado de México, el problema social continua y las autoridades educativas deben tomar medidas drásticas con esta descomposición social que significa la falta de respeto entre los estudiantes y la inacción de las y los maestros.
¿Puede Norma Lizbeth estar Descansando en Paz al retumbar en sus oídos los gritos de apoyo a su agresora? ¿Estará Norma Lizbeth Descansando en Paz recordardando los gritos de júbilo de quienes eran sus compañeros de escuela? ¿Descansa en Paz quien era agredida por su color de piel, gritaba y nadie la escuchaba? ¿Descansa en Paz quien ve a su familia sufrir por su ausencia? ¿Descansan en Paz todas y todos aquellos alumnos que son agredidos de manera continua y no encuentran respuestas en sus maestros? Tal vez Descanse en Paz cuando vea que su muerte no fue en vano y se tomen las medidas necesarias para que estos hechos no vuelvan a ocurrir…Por el bien de todos.
No se trata solamente de inculcar los valores tales como: honestidad, lealtad, responsabilidad, solidaridad, amor, tolerancia, gratitud, laboriosidad, sociabilidad, los cuales son fundamentales para convivir pacíficamente en la sociedad, mismos enseñanzas que solo adquieren el rango de valores en el momento que son alcanzadas como practicas personales y colectivas, esto es, que estas enseñanzas sean parte de la vida de todas y todos los jóvenes estudiantes, ¿está preparado el magisterio para asumir este reto?
P.D.- Con el ánimo que se deje de utilizar el término “ bullyng” y se digan las cosas como son… Escribiré otro día.