Destacado

    Julio Vallejo
    La línea delgada entre mi opinión y la tuya

    El plástico es el villano que puede rescatar vidas; estamos ante un nuevo desafío ambiental, pues ayudando a recolectar y reciclar las famosas “tapitas de colores”, podemos darle vida a una persona con padecimiento de cáncer.

    Una tapa, dos tapas, tres tapas o muchas tapas, representan los colores de la alegría y de la esperanza, de aquellas personas y familias que el destino les ha puesto el reto de superar la vida.

    Así empezamos.

    Haciendo una remembraza, hace muchos años en la colonia donde yo vivía, las familias tiraban su basura y desechos atrás de sus terrenos, para algunos simplemente era basura y para otros era oro molido. Dejando aún lado, en ambos casos el gran foco de infección que representaba estar expuestos al ambiente.

    En aquellos días, me tocó ver y acompañar a algunos amigos que entre juegos y risas recolectaban las botellas de vidrio; entre las más comunes estaban las de perfumes, cervezas y refrescos, como olvidar que las botellas de “solera” eran obscuras y la de “sidra” que eran de color verde, las pagaban muy bien.

    El plástico por su parte, no era común que lo compraran, pero el papel periódico y el cartón sí.

    Recolectando la nueva esperanza de vida.

    Hoy, todo comienza destapando y cerrando tapas, acción que se ha convertido en un hábito para muchos, cuya finalidad es la de apoyar; ya que si comparamos la función de las tapas, sería de la siguiente manera “tapas que abren el futuro y cierran historias”.

    En algunos países, el recolectar estos tapones de plástico hace que habrá el futuro a los jóvenes, ya que con la venta del plástico es posible el pago de las becas en las escuelas; así como también, la preservación y crianza de algunos animales, se da por medio de estas donaciones.

    Sin duda alguna, el reciclaje se convierte en un negocio productivo y rentable.
    Poco a poco empresas y personas civiles se suman a las campañas para reciclar cartón, botellas de plástico, tetra pack, papel, polipropileno, entre otras cosas. Sin embargo, las tapas son las más sencillas de recolectar ya que ocupan menos espacios y son más fáciles de trasportar.

    Así como cada tapa está conectada con el envase, los seres humanos debemos de ejercer la misma acción, conectarnos a la realidad que nos acontece, reducir la contaminación y concientizar para ayudar al prójimo; ya que al final todos por alguna razón, estamos conectados por medio de acciones.

    Porque no hay que olvidar que nos encontramos en este mundo, para hacer nuestra parte, llevar a cabo una misión, ya sea grande o pequeña.

    Por eso, te invito a girar la tapa y a no tirarla. A que no te acostumbres y mucho menos normalicemos, el ver la cara de tristeza de un niñ@ o un adulto con esa enfermedad, esta te podría cambiar la vida a la hora de ayudar; dejando ver, que con una cosa en común como la solidaridad y la unión, se pueden salvar vidas y seguir poniendo en marcha el amor, ese que nos hace bien a todos.

    Doy gracias a las personas que apoyan en esta noble labor; gracias por permitirme experimentar que al hacer entrega de tapitas, mi hija iluminara su rostro de felicidad al saber que varios iban a ser beneficiados con esa donación; sin importar quién, ni mucho menos conocerlos. Estoy certero que ese granito de arena llegará transformado en medicamentos.

    Por último, estamos en los tiempos de aportar y educar a las nuevas generaciones a hacer el bien común. Y tú qué opinas te animas a ayudar.