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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    No fue una situación común o por lo menos eso dijeron siempre. Jamás incurrirían en actos desaseados para enrarecer un triunfo o para copiar al “PRIAN”, decían los morenistas en tiempos lejanos. Sin embargo, el viernes, el sábado y el domingo fueron vistos y fotografiados militantes, ex diputados y ex alcaldes, entre tantos que recurrieron a las medidas más sucias para dotar del voto a su candidata, Delfina Gómez en el Estado de México.

    Todavía hoy –y créalo- no hay explicación sobre por qué ganó Delfina Gómez. No tiene presencia, no habla bien, escribe peor, ha sido denunciada por actos indebidos y encima, recurrió a actos de corrupción a su paso, por donde sea, para dotarse de recursos y hacer lo mismo por el partido que la empujó hasta donde está: Morena.

    No tiene ningún tipo de atractivo. No se viste bien. No es buena conversando y no se ve por dónde –por dónde- se le vaya a ocurrir alguna propuesta para mejorar el nivel de vida de los mexiquenses.

    Si los mexiquenses se confiaron en Delfina por el hecho de que es una persona harto recomendada por el presidente López tampoco hay que confiarse. Él ve en ella a una persona a la que podrá sobrepasar en el momento que quiera. Dominarla. Instruirla. Vejarla. Lo que quiera.

    Y el problema de Delfina Gómez es natural. Se le da con facilidad. Tiene lo mismo que muchos gobernadores morenistas o diputados federales, o Senadores o cualquier individuo allí dentro. Más que a la Constitución, más que la ley, lo único que les importa es hacer caso a lo que diga el presidente, por muy loca o estúpida que sea la propuesta o iniciativa del sujeto.

    En el Estado de México ganó la necesidad, la desesperación, sí hasta la pendejez en un momento dado, pero así es el mexiquense o la mayoría. No les importa vivir seis años en el infierno con tal de comer bien tres días en todo el sexenio.

    También resulta difícil de creer que haya habido gente que no acudió a votar, a sabiendas que eso beneficiaría a Morena, en todos sentidos. El problema ahora es que no habrá forma de quejarse, pues el mal gobierno ya fue electo y créalo, será un pésimo gobierno.

    En Coahuila ganó en PRI, acompañado de Acción Nacional y el casi desaparecido PRD. No hubo arreglos, ahí o era el voto para PRI o bien, condenarse al ostracismo. Gracias a Dios que no ganó Morena, pero allí enseguida se nota que hay más gente pensante, trabajadora, en fin.

    No es que Manolo Jiménez haya sido el mejor candidato, pero sí era mil veces mejor que lo que presentó la izquierda. Pero a final de cuentas, Coahuila no le importaba al presidente. Su atención estaba puesta en el Estado de México y ganó quién él quería. No importaba lo demás. Al final, como autómatas, los de Morena apoyaron a Delfina Gómez por el simple hecho que era la favorita del presidente. Allí están los jodidos. Allí están los manejables. Allí están los que no quieren trabajar. Allí están todos ellos y lo peor, es que tendrán que joderse ante un gobierno impune, no apto, no conocedor, tan jodido como ellos.

    La diferencia entre los dos estados en cuanto a votos no fue tan dramática. A la oposición debe seguirle conviniendo que la mayor parte de los votantes pensantes está en la Ciudad de México. Dominan poco más de la mitad y se espera que por lo menos dos o tres alcaldías más pasen al poder de la oposición, pero no se sabe si será suficiente. Quizá para ganar la Ciudad de México sí, pero aún sigue pesando en el país el hecho de que Morena amenaza con que los apoyos se terminarán si no votan por ellos.

    Es cierto, Morena se comporta como el peor PRI y lo que es más dramático es que son peores, pero uno no puede hacerse a la idea de que haya más mexicanos tan irresponsables a la hora de la medición de voluntades. ¿Es realmente conveniente ser tan huevón y estirar la mano como el más vil miserable para vivir de eso?

    Lo que viene en 2024

    Si la oposición quiere ganar espacios debe hacerlo desde ahora. Con los mejores aspirantes ciudadanos. Sí, ciudadanos antes que de cualquier partido.

    Debe hacer a un lado a Marko Cortés, Alejandro Moreno y a Jesús Zambrano. Es decir, ellos ya no deben ser líderes de esos partidos. No están añejos, están maleados.

    Deben centrarse en ganar la Ciudad de México así como Yucatán, Guanajuato, Puebla y Veracruz, antes que nada.

    Deben basar su fuerza en lograr un Congreso federal equilibrado. Al igual que el Senado.

    Buscar al mejor candidato para Morelos. Ya quedó demostrado que Cuauhtémoc Blanco fue lo peor. Es cierto, hasta un perro lo haría mejor, pero bien pueden buscar a un candidato ecuánime, ganador y sobre todo, cercano a la gente.

    De la presidencia no es momento de hablar. Aunque es un tema que urge.

    El retorno del magistrado Lezama

    Si bien la magistrada Gladis Maldonado logró volver al Poder Judicial en Veracruz y lo mismo ocurrió con Roberto Dorantes, aún hay camino por recorrer para el magistrado Marco Antonio Lezama Moo.

    No, no se trata de pelearse con nadie, ni hacer menos a alguien, es una cuestión de derecho. Es verdad se aprobó en 2017 que se jubilaran los magistrados que cumplieran 70 años, pero como la ley no es retroactiva no se podía retirar a Lezama Moo y por eso recurrió a un amparo que por cierto, ganó.

    Fue en la cancha de los diputados en donde el asunto se empantanó. Sin embargo, ellos saben que esa guerra está perdida y que el jurista debe volver. Mañana, pasado, la semana que entra, en septiembre, pero en algún momento va a regresar. Si no ocurre, vendrán multas, suspensiones, despidos, cárcel, así de simple.

    PD Viene un momento importante para el presidente de Xalapa, Ricardo Ahued Bardahuil. Como persona y como ser humano es infinitamente superior a Rocío Nahle y al expanista Sergio Gutiérrez. Por mucho. No está rodeado de las mejores personas que quisiera, pero él hace su esfuerzo. En algún momento, podría ser tomado en cuenta en la carrera hacia la gubernatura. En su partido lo saben, pero se hacen guajes.

    Lo que no se vale es que en su propio gobierno le quieran hacer trampas, por eso debería voltear hacia direcciones como Recursos Humanos en donde al parecer hacen lo que quieren. Es algo en lo que él debe tener mucho cuidado, pues enemigos hay hasta enfrente.