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    Es inusual que haya un hombre en el Grupo Juntas Venciendo el Cáncer (Juvecan) Coatepec narrando su experiencia sobre el cáncer de vejiga que tuvo hace siete años.

    Es Juan Carlos Serio Silva, quien a través de la plática “Brindando Esperanza en un caso de Cáncer de Vejiga”, platica que siendo Biólogo y especialista en el comportamiento de los monos, se encontraba en Uganda estudiando los chimpancés cuando le sorprendieron síntomas urinarios que le diagnosticaron como infección, por lo que de regreso a Xalapa, acudió a  un urólogo, quien tras hacerle un ultrasonido, le dijo que había una tumoración dentro de la vejiga abrazando uno de los ureteros y no podía brindarle tratamiento; que mejor “fuera preparando sus papeles”.

    Todavía con la adrenalina a tope, tomó la decisión de viajar a la Ciudad de México donde a través de unos familiares lejanos, lo conectaron con amigos que sabían de un médico Oncourólogo en el Instituto Nacional de Cancerología, el Doctor Miguel Angel Jiménez Ríos, quien en una consulta, después de ver los estudios que llevaba, le propuso una “cirugía de caballo” urgente, porque había que retirar no solamente la vejiga, sino próstata, ganglios de ambos lados, un segmento de intestino para conectar a uretero (conducto para unir a la vejiga) y dejar un “estoma” o boca, la cual iba a conectar con una bolsa recolectora de orina permanente, la cual presume al mostrarla.

    La cirugía fue un éxito y la recuperación también… pero no así con la quimioterapia, pues como cuenta, fue ahí donde “la puerca torció el rabo” porque fueron siete aplicaciones con mucho malestar y sus amigos le ofrecían el caldo de zopilote o diferentes pócimas que agradeció, pero no las tomó, porque finalmente la quimioterapia es el veneno que te va a salvar la Vida.

    Y después de toda esta experiencia ¿qué queda? Contar o no contar tu historia. Él decidió contarla y servir de ejemplo de que el cáncer se puede vencer y la vida es tan corta que hay que vivirla intensamente, porque en unos minutos se te puede ir.

    La plática de Juan Carlos se vio enriquecida por las experiencias de las asistentes, agradeciéndole su sinceridad y empatía.

    Al mismo tiempo, llegan tres mujeres más a nuestro Grupo. Se les escucha y se les orienta, obsequiándole a Georgina una prótesis de semillas; a Yola se le recomienda  con la Tanatóloga; y a María, continuar con su tratamiento pendiente de quimioterapia para un cáncer cervicouterino, con una dosis de mucha Fe y Amor por la Vida.