Brenda Caballero
Números Rojos
¡Y llegaron los Doce! Parece fácil, pero… para la Doctora Rogelia López Ocampo y para las integrantes del Grupo Juvecán Coatepec, celebrar 12 años implica darle un plus a la vida.
Ser sobreviviente de cáncer de mama ya es una celebración personal que se torna en fiesta; por eso, el pasado sábado 29 de Julio, vimos una pasarela rosa en la Quinta Colón de Coatepec.
Y no, no era la moda de Barbie ni el mes rosa, donde muchas dependencias se ponen el tradicional moñito del mismo color símbolo de su “apoyo” a la lucha contra el cáncer de mama.
En Juvecan se llora, se ríe, se celebra y hasta se baila, pues superar el cáncer de mama cuando los médicos te han desahuciado es volver a vivir…
Por eso, antes de las 10 de la mañana, la Quinta ya era un borlote de saludos, abrazos, besos y de desfile de mascadas rosa, símbolo de las integrantes de Juvecan, tanto de guerreras supervivientes como de once voluntarias y tres voluntarios.
Doce años en los que de acuerdo al testimonio de la doctora Roge, han atendido a 217 mujeres, a las cuales han escuchado, han aconsejado, han brindado atención psicológica y emocional, les han dado acompañamiento tanatológico si lo requieren, también estético y asistencia legal. Todo esto con amor, fe y cuidado, pues como dijera la Doctora Roge a las guerreras de reciente ingreso: “¡Estás viva! ¡no estás sola! ¡y vas a estar y salir bien!”
Dentro de los momentos más emotivos del Aniversario estuvo el reconocimiento a una de las fundadoras del Grupo, a la Doctora Roge, el motor de Juvecan (como cariñosamente la llaman las integrantes) pero no fue uno, sino cuatro: Una mascada rosa, pero especial, ya que tenía la leyenda: “Juvecán, Fundadora, 2011” en alusión a su tiempo invertido, la cual le colocó Nieves. Un diploma de agradecimiento por el apoyo a todas las integrantes de Juvecán y otro diploma como de reconocimiento por ser fundadora del grupo. Y no podían faltar las flores, unas rosas como símbolo de frescura, belleza espiritual y amistad que florece todos los días.
Las palabras y deseos más sinceros hicieron que las lágimas surgieran con la entrega de quince mascadas de color rosa a Gabriela Aragón Montenegro, Marlene Cortés Sosa, Marie Chammusy Lesort, Teresita Padilla Mar, María Hortencia Miranda Tlaxcalteco, Yolanda Marín López, Matilde Vallejo Portilla, Luz Divina Córdoba González, Xrisula Paulina Giorgiadis Cisneros, Yolanda Landa Méndez, Patricia Peredo Peña, Lilian Palmeros Avila, Genoveva Juárez González, Elizabeth Caselin Hernández y Cinthia López Martínez. Algunas de manera presencial y otras de manera remota.
Pero Juvecan no podría subsistir si no tiene aliadas y aliados, por eso también reconoció la labor de la maestra Laura Guadalupe Vázquez Hernández, de los psicólogos, Mónica Domínguez Montalvo, Vladimir Aguilar Hernández y Griselda Rodríguez Gómez, de la maquillista profesional Vanessa Villanueva Cambranis, de las tanatólogas Martha Patricia Castelán García, Gloria Hernández Hernández, Carmen Angélica Lobato Curiel y Rosa María Sánchez González; de la licenciada en Terapia Física, Gabriela Aragón Montenegro, así como de la doctora Amanda Mercedes Lara Castillo, de la Jurisdicción Sanitaria V de Xalapa.
Hasta Comapa también se le hizo llegar el reconocimiento a Agripina Mejía Vázquez, presidenta del DIF municipal, por haber proporcionado una silla de ruedas.
Y se reconoció la labor de difusión del periódico digital El Regional de Coatepec y del medio Los Políticos Veracruz.
Para los que compramos el boleto de la rifa, venía la tómbola del aniversario que estuvo a cargo de Rocío con la mano santa de tres pequeñines. Con ansias esperaba sacarme una de las dos obras pictóricas donadas por Bruno Ferreira, mejor conocido como Brúnof, pero la suerte no estuvo de mi lado, tampoco estuvo con la melódica de 32 teclas ni con el micrófono. ¡Pero felicidades a los ganadores! y desde luego a todos aquellos que ganaron la satisfacción de apoyar a Juvecan Coatepec.
Y como dicen por allí: “las penas con pan son buenas”, pues vino el pastel, los volovanes, la gelatina, el tradicional pambazo, el café con leche y hasta el agua de jamaica. Se valía repetir pastel, y para bajarlo, pues un bailongo con la marimba que llegó, porque no todos los días se celebran doce años de apoyar a las sobrevivientes de cáncer de mama.
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