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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    Hay un falso dilema que hacen circular en especial los priistas trasnochados que creen que la aspirante de su partido tiene una oportunidad de ganar la contienda dentro del Frente Amplio por México, ser candidata y ganar la Presidencia de la República.

         Sueñan que así volverían para ellos los días de vino y rosas del poder omnímodo que retuvieron durante 71 años -más seis del gobierno de peña Nieto-, en los que se dedicaron en alguna parte a promover el desarrollo de la nación y en muchas a hincharse los bolsillos con los dineros del pueblo y con las riquezas de nuestra nación.

         Aquel falso dilema es que la contienda entre Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez es una lucha entre la inteligencia de la primera y la simpatía de la segunda. Según aquéllos, la senadora tlaxcalteca posee el conocimiento, la experiencia y la sabiduría que sacarán a México de los enormes problemas que nos va a heredar la Cuarta Transformación de Andrés Manuel López Obrador. Por su parte, aseguran, la senadora hidalguense es propietaria de una gran simpatía -carisma-, de valor civil y de un lenguaje florido que resulta muy atractivo para las masas populares… y nada más.

         Beatriz sería la masa gris y Xóchitl la sonrisa encantadora. La primera representa la madurez y la segunda el candor. Una asegura un gobierno perfecto y la otra apenas la victoria electoral.

         Hablan esos correligionarios de la Paredes de su actuación como gobernadora, como diputada local y federal, como subsecretaria de Gobernación, como dirigente nacional del PRI, como embajadora, como senadora, y a contrario sensu esconden la exitosa carrera empresarial de la Gálvez y su célebre paso por la actividad pública como titular de la comisión de pueblos indígenas, como jefa de la Delegación Hidalgo del Distrito federal y senadora por el PAN.

         Pintan esos convenencieros priistas a una Beatriz Paredes seria, madura, experimentada, eficiente, talentosa, y a Xóchitl Gálvez como una figura llamativa para la gente del pueblo, dicharachera, jocosa, superficial y sin ninguna capacidad administrativa.

         Lo real es que en lo académico XGR tiene tantos merecimientos y preparación como BPR, y tal vez hasta más, porque es una ingeniera en sistemas muy reconocida, y además se ha desempeñado en los puestos públicos como una funcionaria innovadora, entrona, honesta a carta cabal y laboriosa como una abeja.

         De proyecto a proyecto, destaca más el discurso fresco y novísimo de Xóchitl contra el discurso adocenado, lleno de lugares comunes y de los términos vacíos que fueron acuñando los priistas a lo largo de su larga historia.

         X tiene además muchos más votos y simpatías que B, que es lo crucial.

    sglevet@gmail.com