Bernardo Gutiérrez Parra
Desde el Café
Xóchitl Gálvez ya no es algo más que una pesadilla para López Obrador, se está convirtiendo en algo muy parecido al diablo. Bastó con que se parara en la tribuna del Congreso de la Unión el viernes anterior, para quitarle los reflectores y echarle a perder su quinto informe de gobierno al tabasqueño.
Ese día en Campeche, Andrés Manuel se dio vuelo fantaseando sobre un país inexistente, ante un selecto grupo de incondicionales instalados en el Centro de Convenciones de ese estado, lugar que le acondicionó la gobernadora Layda Sansores para soltar su perorata.
Y ya sabrás lector.
Andrés Manuel dijo que la austeridad republicana es una realidad; sentencia que desconocen los gobernadores de Morena, miembros de su gabinete y de su familia. Nomás hay que ver la suntuosa pachanguita de 15 años que le armó su hijo José Ramón a su hijastra en la Casona Centenario de Culiacán.
“Se acabó la corrupción”, aseguró el presidente. Así que si ves por ahí a algún corrupto tómale una selfie, chance y sea el último.
“Somos el tercer país del mundo con menos desempleo”, presumió el señor. Esto a pesar de que las mediciones serias indican que el primero es Suiza, después Canadá, Luxemburgo y Países Bajos. México está en el lugar 38 de una lista de 47 países con esa bronca.
Afirmó que hay inversión extranjera como nunca. Y en efecto, como nunca, a su mínima expresión… como nunca.
“Está funcionando bien nuestra estrategia contra la violencia”. Y debe ser; 163 mil asesinados con saña son su mejor ejemplo.
También dijo un chiste de humor negro malísimo de pésimo: “Ahora no se reprime al pueblo, no se hacen masacres; no hay tortura, no se desaparece a nadie, no se tolera la violación de los derechos humanos”.
Aseveró que Sembrando Vida es el mejor programa de reforestación del mundo. “No hay en ningún país un programa así”. Lo cierto es que es el mejor programa de deforestación del planeta. Eso sí, hay que darle la razón cuando dice que un programa así no existe en ningún otro país… gracias a Dios.
Y no podía faltar en su mensaje el chistorete que se cuenta solo. “El sector salud será de los mejores del mundo Vamos garantizar el derecho a la salud de todos los mexicanos”. Y otro de pilón: “En dos o tres meses vamos a abrir una farmacia en la Ciudad de México donde se guardarán todos los medicamentos del mundo. Ya compramos los medicamentos y estamos mejorando mucho el abasto”. De Dinamarca ni se acordó y menos con tanto aplauso.
Pero faltaba la contestación.
Diez minutos frente a la tribuna fueron más que suficientes para que Xóchitl Gálvez rayoneara el discurso presidencial, lo hiciera pedazos y le echara a perder a Andrés Manuel su penúltimo “Día del Presidente”.
Dueña del foro, arropada por los legisladores del PAN, PRI y PRD y sabedora de que cientos de miles la observaban por las redes, la hidalguense soltó de su pecho: “En 2018, López Obrador convocó a un cambio y a muchos los esperanzó con promesas de terminar con la corrupción, desigualdad, pobreza y violencia. Pero traicionó la esperanza de millones de mexicanos. (Gobierno y Morena) tenían todo para hacer realidad la transformación… pero tiraron a la basura su oportunidad. No hubo transformación, hubo destrucción”.
Y con esto, Xóchitl le arrebató otra vez el protagonismo al tabasqueño que la detesta con infinito rencor.
Este domingo en el Ángel de la Independencia, fue ungida como Coordinadora del Frente Amplio por México lo que en buen castellano quiere decir que ya es la candidata a la presidencia de la República.
Al hablar ante miles de seguidores, dijo que hace unos meses la oposición estaba desunida y desmoralizada, pero que en muy poco tiempo le dieron vuelta al pesimismo. “No vamos a seguir dividiendo a México, porque México necesita hoy unidad. México necesita una Presidenta que nos ponga a todos a jalar parejo. No vamos a recurrir a la ofensa, al insulto y a la descalificación, México necesita una Presidenta que respete a todos, y que gobierne para todas y todos”.
Reveló que los que harían historia “acabaron en pandilla” porque dividieron, generaron odio y discordia y aseguró que “la próxima Presidenta” no va a seguir dividiendo y no va a engañar, ni manipular. “Los vengo a convocar a una hazaña ciudadana, a un gobierno de la gente y para la gente. Quiero un México libre del miedo que provoca el crimen, un México en donde ser mujer no sea una desventaja, un México en donde quien gobierne no se levante solo a hablar sino a chambear… la esperanza ya cambió de manos y ahora es nuestra”.
Y repitió una frase acuñada hace años. “En mi equipo ni huevones, ni rateros, ni pendejos”.
Por su parte y desde Cancún, López Obrador envió su contestación.
Tras escuchar a unos paleros que le pidieron que se reelija dijo. “No, eso no porque soy maderista. Pero no hay nada que temer. Ya este pueblo se echó a andar y es mucha pieza, ya cambió la mentalidad. ¿Ustedes creen que van a regresar los corruptos? Ya no, ni disfrazándose ahí, queriendo engañar. No, esto ya es otra realidad”.
La realidad es que Xóchitl ya le pisó la sombra y contra ella irá Andrés Manuel con toda su furia. Porque (contra lo que piensen algunos) la competencia por el 2024 será entre ambos y será cruenta pero muy dispareja. Por un lado estará la hidalguense con el apoyo de gran parte de la sociedad civil y por otro el tabasqueño con la fuerza del Estado.
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