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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    Es curioso, pero la nota principal del miércoles no fue que Claudia Sheinbaum haya sido elegida candidata de Morena a la presidencia, sino que todo mundo habló sobre la derrota e inconformidad de Marcelo Ebrard, que quedó en segundo lugar.

    La encuesta de Morena por supuesto, fue una porquería. Una mera simulación para engrandecer a una consentida del presidente, carente de talento, pero que es útil para que el presidente López y los suyos sigan gobernando.

    No podía faltar este día jueves, claro, la carta que firmaron 22 gobernadores (as) para exaltar a la candidata, a la elegida por dedazo desde hace mucho tiempo. Es verdad, no a todos les cae bien pero como es una propuesta del presidente y para todos ellos está antes el presidente que el propio país, hoy se tiraron al piso como si fueran tapetes de los que se venden en San Salvador “El seco”, Puebla.

    Y no sólo tuvimos que presenciar la histeria de Marcelo Ebrard, sino también los rostros dolidos y resignados de Gerardo Fernández Noroña, Adán Augusto López, Ricardo Monreal y hasta de Manuel Velasco, este último hasta conforme pues algún “hueso” le tocará si gana Claudia Sheinbaum.

    Pero antes de todo eso, decenas y decenas de quejas y por supuesto, una batalla en la que “todos iban ganando” al grado que en redes sociales algunos columnistas se dejaron llevar por ese juego y hasta daban por ganadores a uno o a otro. Pero habíamos quienes estábamos al tanto que todo era una mera simulación, a fin de hacer ganadora legitima a Claudia Sheinbaum que tendrá que vivir con eso, que fue impuesta por dedazo del presidente.

    Y cómo no, ella no tiene presencia, no lo es, pero se hace diminuta ante una situación grave –como la tragedia de la Línea 12 en la que fue una de las responsables-, no tiene siquiera buena conversación y carece de mucho conocimiento sobre política. Fue esposa de Carlos Imaz y disfrutó de los cientos de miles de pesos que el tipo recibió de Carlos Ahumada. No es empática y utiliza los mismos argumentos que su jefe, el presidente López cuando habla del futuro del país.

    No, en esta encuesta que ocurrió dentro de Morena no participó el pueblo. Al contrario, se hizo a un lado al pueblo para dejarle camino libre a alguien que no tiene la menor simpatía con distintos grupos. Aquí el voto más importante fue el del presidente. Nada más.

    Y es cierto, no son pocos los mexicanos que quieren otro futuro de país y no regalar recursos a Honduras, a Cuba, a Nicaragua. Tampoco quieren que por otros seis años falten medicamentos sólo por el capricho de castigar a laboratorios mexicanos. Tampoco será sano que les den la espalda a los empresarios mexicanos. Sí, hay varios empresarios mensos y faltos de cerebro que con tal de tener contento al presidente se sometieron también.

    Tampoco queremos ver que esos empresarios predilectos sigan subiendo el costo de todos los productos: de las despensas, de los servicios telefónicos, de los servicios de cable, de la ropa, de los zapatos, en fin, hasta pareciera que hay una alianza en la que sólo unos cuántos son los beneficiados y el resto, a la chingada, como el rancho del presidente.

    Vaya, Sheinbaum no tiene feeling ni con los gobernadores morenistas. Regañó a Durazo en un evento, casi siempre trae su cara de “ya me vi” y la realidad es que no tiene ningún atractivo. Vaya, en una campaña intensa y si la ciudadanía participa, Xóchitl Gálvez se la llevaría de calle.

    Entonces, la nueva candidata de Morena seguirá en esa línea dura de arremeter contra todo aquél que no esté de acuerdo con la 4T, seguirá siendo apoyada por miles de inútiles que en su vida quizá trabajaron o que se la pasaron quejándose de otros gobiernos. Es más, en este sexenio siguieron igual o peor de jodidos, pero allí están. 

    Lo peor, seguirá destruyendo instituciones y tratándose de apoderar del Poder Judicial.

    Con su encuesta y si es que hubo algún sector de la población que pudo haber participado concluimos lo siguiente: No hubo quien ganara la encuesta, sino que una persona fue impuesta. Todos los derrotados se vieron decepcionados y algunos seguirán sometidos con tal de tener chamba. Marcelo Ebrard, que no es una inocente palomita, casi está por irse de Morena a menos que lo convenzan a la mala y además quedaron por allí algunos residuos que serán difíciles de quitar, pero no faltará quien se tire al piso y quitarlos con tal de asegurar chamba.

    Estas semanas de precampañas y la misma encuesta de Morena, fueron un desastre y se vio en ese partido lo peor del viejo PRI.

    PD Ahora sí, el futuro de México parece encaminado a la única solución con que se cuenta para sacarlo adelante: Xóchitl Gálvez.