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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    Los más experimentados operadores políticos del PRI, del PAN y del PRD en Veracruz están muy entusiasmados ante la gran posibilidad de que la ingeniera Norma Rocío Nahle García sea la candidata de Morena, PT y Verde para la gubernatura de Veracruz en 2024.

                    Tal euforia de los partidos coaligados en la oposición viene de que sostienen que la Secretaria de Energía sería una oponente muy cómoda y fácil de vencer, porque llegaría con muchos negativos en su contra.

                    Entre varios, señalan los siguientes:

                    a) Su origen. Aunque sus querientes han repetido mil veces la mentira de que es veracruzana, lo cierto es que la ingeniera Nahle nació en Río Grande, Zacatecas, y pesa sobre ella el profundo regionalismo de los jarochos, que ven con muy malos ojos que una persona no nacida en el estado o que no sea hija de veracruzanos llegue a gobernar la entidad.

                    b) Su lejanía. Por más que lleva varios años haciendo “campaña” en Veracruz con miras a posicionarse como una persona candidateable para la gubernatura, Chío Nahle ha mostrado una gran ausencia de carisma y su aversión a tener contacto público con las masas populares y personal con los ciudadanos. Los eventos en los que ha participado han sido sobre todo “conferencias magistrales” en el World Trade Center de Boca del Río, en donde ha leído textos muy técnicos y poco asimilables para los oyentes que le han acarreado desde el Gobierno del Estado. Y la tribuna siempre ha marcado una distancia con el público, de manera que ella no tenga que acercarse a nadie.

                    c) Dos Bocas. La refinería que le encargó el presidente Andrés Manuel López Obrador que construyera con ingenieros mexicanos pudo haber sido su gran carta de triunfo, pero las dilaciones en la conclusión de la obra y el exagerado sobrecosto, que duplicó por lo menos el presupuesto original de 8 mil millones de dólares, le han dado la imagen de que es una funcionaria poco eficiente. Encima, pesan sobre ella grandes sospechas de corrupción.

                    d) El equipo. Rocío Nahle se ha sustentado en el grupo de colaboradores cercanos del gobernador Cuitláhuac García, quienes han utilizado todos los recursos económicos y de infraestructura del Gobierno del Estado para impulsar la aspiración de la ingeniera zacatecana. No obstante, la soberbia, la falta de experiencia y el escaso talento político de los miembros de ese grupo le han ocasionado más problemas que soluciones, más agravios que simpatías.

                    e) Su partido. La pésima administración del Gobernador y sus cercanos han dispersado en toda la entidad una ola de desprecio en contra del partido oficial. Cada vez es más notable la antipatía del pueblo y -muy importante también- de los usuarios de las redes sociales, que se manifiesta de manera pública y notoria.

                    Con esos elementos en contra que trae la ingeniera Nahle, la oposición ha visto renacer la esperanza de que ganará las elecciones y desechará a la Cuarta Transformación en Veracruz.

                    Ahora sólo ven con cierta aprensión que Morena pudiera mandar como candidato a algún morenista más capaz, como Sergio Gutiérrez Luna o Manuel Huerta Ladrón de Guevara.

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