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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    Muchos lo saben o hacen como que nunca se enteraron, pero la vida de Claudia Sheinbaum no ha sido propiamente un ejemplo para que todos sigan. Nadie tiene nada contra ella, simplemente hay que reflejar lo que es.

    Ella va a un lugar y abraza a personas seleccionadas para ello. No platica con cualquiera, dispone de unos segundos para tomarse fotos con alguien y eso si ella dice que sí. No es que en este momento ella haya dejado de ser la misma persona déspota –que lo ha sido- como jefa de delegación o como jefa de la Ciudad de México.

    No es que ella sea diferente a aquella que se gozaba cuando su entonces esposo, Carlos Imaz, llegaba a casa a disponer del dinero que, por corruptelas, había obtenido de Carlos Ahumada. Ella alcanzó a disfrutar de ese dinero y no era poco. Sus hijos también lo disfrutaron. Allí no hubo transparencia y mucho menos austeridad.

    No es que haya cambiado tras la tragedia del Colegio Rébsamen en donde murieron 26 personas, la mayoría niños y en las que ella tuvo mucho que ver, así como pasó también en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México en la que no dispuso u omitió autorizar recursos para el mantenimiento de una Línea que de por sí era peligrosa. También murieron 26 personas y lo que es peor, se pichicatearon los recursos para los deudos pues al parecer, hasta ese dinero estaba preparado para la campaña de la señora.

    Ahora, como virtual candidata de Morena, principalmente debido a que los partidos que van en alianza no parecen salir de la basura –PT y Verde Ecologista- ella ha brillado menos. Para comenzar, no es mejor que Marcelo Ebrard. Cuando menos el excanciller tiene presencia, sabe hablar y conoce muchos temas y lo que es mejor, no le echa la culpa a nadie. Pero Sheinbaum es igual que su jefe, el presidente López, ya que ella se la pasa echando la culpa a la oposición de lo que pasa en México siendo que Morena ya tiene cinco años en el gobierno. Ellos no han sabido hacer casi nada. Por lo menos nada bueno.

    Además, tiene muchos problemas para comunicarse. Es poco dada a hablar y si lo hace las cosas no le salen bien. No es alguien que contagie alegría. De hecho, muchos de los que son acarreados a sus eventos sólo lo hacen por el hecho de que temen perder privilegios. Recursos económicos que apenas les sirven para unas horas o unos días.

    Tenga por seguro que si Claudia Sheinbaum no gana la presidencia esos beneficios no se perderán. No se deje engañar. Las pensiones para adultos mayores seguirán y los recursos para estudiantes también. De manera particular creo que esos recursos deben ser modificados de alguna forma, pues no es parejo que haya estudiantes que se desgasten estudiando y sacando 10 a que otros reciban lo mismo si sacan 6 o los reprueben.

    Hay que decirlo: Claudia Sheinbaum no es simpática y mucho menos empática. No tiene nada de gracia y ahora esa moda que ha adquirido de vestirse como mujer indígena y llevando crucifijos siendo que ella es de procedencia europea y además, es judía, pues como que no tiene mucho que ver una cosa con la otra.

    Pero algo es cierto también, ella no está arrasando en las encuestas. Es normal que cualquier idiota que diga que hace encuestas le diga que va en primer lugar, pero eso no está ocurriendo, por todo lo ya expuesto. Ella no tiene feeling y mucho menos es tan conocida como la gente cree, por eso es penoso que haya algunos periodistas reconocidos que realmente crean que ella lidera en las encuestas, cuando eso no es cierto.

    Además, la verdadera encuesta se conocerá el día de la elección, en el que la gente tendrá que decidir si continúa viviendo de esta manera o quiere un rumbo distinto para el país, sin corrupción y combatiendo todo lo que es perjudicial para México.

    Tenga por seguro que si llega a ganar Xóchilt Gálvez no creará elefantes blancos como Segalmex o el banco del Bienestar ni tampoco tendrá de funcionarios a Gerardo Fernández Noroña, Luisa Alcalde, Layda Sansores o Delfina Gómez por ejemplo. No porque esto es serio, se requiere a gente responsable, no populista. Así de fácil.

    Pero es cierto, se requiere a mexicanos responsables que vayan y voten por un país mejor, no que contribuyan al hundimiento del mismo.

    Veracruz

    Cualquiera de los varones casi eliminados de la contienda por la candidatura de Morena a gobernar Veracruz tiene mucho mejor perfil que la zacatecana Rocío Nahle. Es verdad, ella no hizo un gran trabajo con la refinería “Dos Bocas” con todo y que lo diga el presidente López. Ella supo inmiscuir a familiares y amigos para que lograran buenos contratos para participar en la construcción de ese bodrio.

    En tanto, Zenyazen Escobar o Manuel Huerta Ladrón de Guevara tienen un trabajo amplio en Morena. Eso no quiere decir que sean dechados de virtudes, pero son más dignos que Nahle que, reitero, no es veracruzana.

    Pareciera que no, pero Morena le abrió la puerta a la oposición en Veracruz no sólo por las excentricidades de Nahle y que no es de Veracruz, sino porque el trabajo de Cuitláhuac García Jiménez, actual gobernador, ha sido desastroso.

    PD El ORFIS en Veracruz reportó daño patrimonial en muchos ayuntamientos gobernados por Morena y también incluye al gobierno del estado, la Legislatura local y el Poder Judicial. Ellos decían que harían mejor las cosas y en Veracruz han hecho lo que han querido para bien de ellos y para mal del pueblo, al que dicen que aman.