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    Víctor Ochoa
    Bulevar

    Es un hecho que el esperpento frankenstein político-partidista creado bajo el nombre de “Grupo Veracruz” tiene entre sus líderes a varios morenistas de closet, de esos que en la calle y de día se visten de rojo, pero en la oscuridad de la noche cambian de botarga y la pintan de guinda, como en su momento lo hicieron de azul, cuando el capo de capos -en las penumbras- era el temible Demonio Azul.

    El Duartista Jorge Carvallo y Fernando Kuri forman parte de una misma expresión comercial, que busca a toda costa negociar lo poco que queda del PRI y dinamitar alevosamente el Frente Amplio.

    Lo hacen sirviendo a intereses mezquinos, siempre por debajo de la mesa y haciéndose pasar -ahora- como (falsos) redentores de una militancia a la que lastimaron, dividieron y marginaron durante varios años.

    Para nadie es un secreto que Jorge Carvallo ha sido y sigue siendo la verdadera mano multicolor que mece la cuna en el priismo veracruzano, y junto con su grupo, se comieron 53 meses de prerrogativas, dejando en ruinas lo que antes era un emporio.

    Y ahora, con sus berrinches y patadas de ahogados, esta gavilla de delincuentes seriales dejan en claro que quisieran seguir medrando para obtener -aunque sea- algunas migajas de poder, negociando lo poco que les queda de dignidad y de vergüenza.

    El tal Renato Alarcón, pese a tener serias diferencias políticas con Jorge Carvallo, hoy se convierte en su seguidor número 1.

    A través de Kuri le ofrecieron una zanahoria envenenada para beneficiar a Jeanny Arroyo, su actual pareja.

    En resumen: Carvallo, hasta hace poco dirigente de facto del CDE del PRI, quería imponer a otro dirigente a modo para tener carta poder y -fiel a su costumbre- negociar desde la oscuridad, garantizando estabilidad económica para él y sus empleados políticos.

    Ese dirigente títere era Fernando Kuri, quien al inicio de la 4T se puso la botarga guinda para ser ungido Delegado del ISSSTE en Veracruz.

    Pero para su desgracia tal cargo lo ostentó por muy poco tiempo, gracias al veto que en ese entonces le impuso el súper delegado de Programas Federales, Don Manuel Huerta Ladrón de Guevara, hoy aspirante morenista a la gubernatura de Veracruz.

    Sin embargo, para mala suerte de Don Manuel, no tardando tendrá que verle la cara al tal Kuri, quien, por instrucciones de Carvallo, pronto lo veremos jalando la matraca y entregando el periódico Regeneración en las colonias.

    Ah, claro, portando la botarga guinda y coreando a todo pulmón: “Es un honor estar con Obrador, es un honor estar con Obrador…”