Miguel Ángel Gómez Ruiz
Contrapunto
El lunes, el excanciller Marcelo Ebrard informó –para beneplácito de quien sabe quién- que continuaría en Morena y que aunque tenía algunas diferencias con Claudia Sheinbaum, la preferida del presidente López, éstas podrían resolverse mediante el diálogo.
Además, confía en que en 2030 será el candidato a la presidencia de la República, aunque para eso tendrá que esperar seis años y a sabiendas que el tiempo no perdona, jamás. De hecho, para Ebrard, en la situación en que está, sería más fácil obtener un cargo público en Honduras que aquí en el país. Aquí ya es un cero a la izquierda.
Así, de repente, Ebrard cerró un capítulo negro, no lo respetaron, lo acusaron, lo ignoraron, no fue candidato y estará a expensas de que si gana Sheinbaum aceptará lo que le caiga, lo mismo que harán Ricardo Monreal, Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña. Vaya, la dignidad por el piso y todos ellos, madreados por las circunstancias aceptarán cualquier cosa, al final, la chamba es la chamba.
Todo parece indicar que lo mismo ocurrirá con Omar García Harfuch, el jefe policiaco que alguien pareció sacar de una historia de superhéroe –sin serlo- y que lo lanzó para que fuera el jefe de gobierno de la Ciudad de México. Sólo que se opusieron, primero, Clara Brugada, cercana al presidente López y que mantiene bajo su control a grupos de baja calaña. También se opuso Martí Batres, el sustituto de Claudia Sheinbaum y amigo personal de Nassón Joaquín, un líder de la Luz del Mundo, preso en Estados Unidos por violar a algunas mujeres. Mal se vio Batres al tirar mierda contra Harfuch en todas partes.
Otros se opusieron, pero escondieron la cabeza para no ser señalados por Claudia Sheinbaum que tuvo que aceptar órdenes del presidente López, que le seguirá dando órdenes si es que ella gana la presidencia.
Al final, por cuestión de género, quedó Clara Brugada que tenía la mitad de aceptación que García Harfuch pero que se benefició por esa estúpida ley que permite que cinco mujeres –sin importar si son inteligentes, capaces y honradas- ser candidatas a gobernadoras.
Cierto, eso parece un chiste, si volteamos a ver algunos estados, esto pareciera un juego o más bien, una historia de terror, pues ya conocemos a algunas gobernadoras morenistas que son, en efecto, lo peor que pudo pasarle a esos estados y mencionamos a algunas: Evelyn Salgado, Guerrero; Layda Sansores, Campeche; Indira Vizcaíno Silva, Colima; Marina del Pilar Ávila, Baja California y Lorena Cuéllar Cisneros, Tlaxcala.
En Veracruz no es distinto, sólo que quien ha sido un fracaso es Cuitláhuac García, que podría ser sustituido en 2024 por la zacatecana Rocío Nahle. Es cierto, independientemente del fracaso de Morena en lo que se refiere a salud, economía, infraestructura y seguridad, la zacatecana tendrá que superar eso, que no nació en Veracruz y que la población es muy recelosa en ese aspecto.
Tiene, además, el problema del mal gobierno de su compañero de partido, quien viene como ella, del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y que jamás pudo con el paquete. Ella, pese a que ha tratado de presentar discursos alentadores que, muy seguramente, descalificaría su líder máximo, el presidente López, no ha logrado avanzar gran cosa y se ha tenido que conformar con que a sus eventos acudan trabajadores de gobiernos y municipios y uno que otro acarreado.
México
Ya no está la población para seguir escuchando falsas promesas. Ya no está la situación para que se hable de éxito en proyectos si los que van a gobernar no tiene la fórmula, ni la capacidad ni mucho menos el conocimiento para llevar un proyecto al éxito. Tampoco nos llevará al éxito el hecho de que se construya una refinería si en diez años o doce se aplicarán energías limpias y habrá autos eléctricos en su mayoría. Tampoco será un gran éxito contar con un Tren Maya al que no muchos se podrán subir y cuyas ganancias engordarán las cuentas bancarias de los militares.
Quien gobierne tiene que pensar en que gran parte de la población del país deberá tener acceso a un empleo y no a una beca o pensión. Que la atención médica sea eficiente y que un paciente reciba una receta y su dosis de medicamentos para que pueda tratarse. Que se apliquen programas serios para inducir a los mexicanos a que preserven su salud. Que los jóvenes sepan que pueden prevenirse no sólo de enfermedades sino embarazos si aplican correctamente medidas de cuidado. Que los jóvenes menores de 18 años no tendrán acceso a bebidas alcohólicas y cigarrillos. Que las madres solteras podrán acceder a recursos y que una vez que los tengan, comiencen a pagar para que ese dinero se recupere. Que se construyan caminos y carreteras que estén el mayor tiempo posible en condiciones. Son tantas y tantas cosas que quien llegue a gobernar tendrá que rodearse de personas que sepan y no que le den lugar a un montón de improvisados, sin agraviar a los presentes.
PD El futuro se ve muy negro para el Poder Judicial Federal si Morena gana la mayoría en el Congreso de la Unión. Aquí en Veracruz el Poder Judicial del Estado ya ha vivido la influencia e intolerancia de Cuitláhuac García y es triste ver a magistrados morenistas, hombres y mujeres, tirarse al piso para quedar bien con el mandatario. Por eso vemos decisiones terribles y fuera de la ley, sin que nadie intervenga. Uno de esos casos fue el del magistrado Amadeo Flores Villalva, que acudió a tribunales para seguir cinco años más en su cargo pues la ley así lo permitía, pero la Legislatura local, compuesta en su mayoría por morenistas que desconocen la ley y la política, lo impidieron. Devolverle el cargo será lo correcto, así tenga que pasar el tiempo que sea.