Sergio González Levet
Sin tacto
Nereyda Hernández Palacios aprendió a moverse como pez en el agua dentro del difícil mundo de la ingeniería, un área profesional que hasta hace poco, muy poco, estaba destinada al trabajo de hombres de pelo en pecho y muy bragados, que sabían tratar con los complicados trabajadores de la construcción.
Pero esta ingeniera civil egresada de la Universidad Veracruzana culminó sus estudios, se apasionó por el trabajo de laboratorio y terminó por especializarse en obras hidráulicas, acá en Xalapa, en donde hay tanta agua en el cielo y el subsuelo, y que está tan contaminada o desperdiciada.
No es poco decir que la ingeniera Nereyda está por cumplir un fructífero periodo al frente del Colegio de Ingenieros Civiles de Xalapa, A.C., cargo para el que fue electa y que significó un reconocimiento cabal de sus colegas a su talento, a su capacidad y a su dinámica profesional.
Ella es directiva de Geosyc, Supervisión y Construcción, S.A. de C.V., una empresa local con presencia nacional que ha logrado sobrevivir, mantenerse y hasta tener un crecimiento en estos tiempos tan difíciles para los constructores mexicanos.
Reunida con los periodistas del Grupo de los Diez, la ingeniera no se arredra, responde con aplomo y conocimiento y nos va explicando paso a paso las condiciones actuales en que los contratistas de obras deben trabajar.
—Es muy importante —advierte— que nosotros como empresas presentemos debidamente nuestros proyectos en los concursos públicos de licitación de los tres niveles de gobierno. Son muy pocos los que hay, y no nos podemos dar el lujo de perder un contrato por no haber podido completar los requisitos de una convocatoria.
De todos modos, la situación es tan difícil que, por ejemplo, su empresa se ha presentado en 52 concursos y solamente ha podido conseguir dos obras, pero la búsqueda de trabajo en otras partes les ha permitido mantenerse en números de supervivencia: pagar sueldos, proveedores y cumplimentar en tiempo y forma los contratos.
De Xalapa y su situación hidráulica lo sabe todo. La capital va a seguir dependiendo del agua del río Huitzilapan, en el Estado de Puebla. Lo que sí se puede conseguir es que se hagan obras de captación en la ciudad y plantas de tratamiento, de modo que dependa en un porcentaje menor del 60% que actualmente tiene.
La ingeniera Hernández Palacios nos habló también de las obras de la Avenida Lázaro Cárdenas de la capital y considera que se pudieron hacer con una mejor planeación para evitar en lo posible el infierno de inamovilidad en que está convertida la ciudad. (“No es posible que se hayan puesto a construir al mismo tiempo dos puentes sobre Lázaro Cárdenas, además de otras obras menores”).
Seguramente a la inquietud social de la ingeniera Nereyda Hernández le esperan otros caminos en el futuro inmediato, una vez que culmine en unos meses su responsabilidad al frente del Colegio de Ingenieros Civiles.
Habrá que estar pendiente de ella.
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