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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    La precampaña de Xóchitl Gálvez comenzó en Coyuca de Benítez, en Guerrero y apenas a unas cuantas semanas del azote de un huracán que causó severos estragos y que el gobierno quiere olvidar, pero los guerrerenses no.

    Por ello, casi de inmediato, el presidente López Obrador se trasladó para allá, con sus aparatos de lujo y la sobreprotección a la que recurre siempre. Apenas estuvo un rato por allí y se retiró para seguir en lo suyo, nada.

    Pero la tragedia sigue allí en Guerrero, no sólo Acapulco, sino en muchos lados por donde se movió el huracán. Sigue habiendo gente sin casa, sin comida ni bebida y lo que es peor, casi sin esperanza.

    Porque algo es cierto, el discurso que siempre ha salido de la boca del presidente es que no habrá corrupción y se ayudará a los pobres, pero parece que olvida que ese estado, Guerrero, es el más pobre del país. Sí, el más pobre y en este momento, la ayuda llega a cuentagotas.

    Por ello, la visita de Xóchitl Gálvez fue esperanzadora, porque es una mujer con verdaderos rasgos indígenas, no disfrazada, que acompaña a la gente. Que la abraza y no va luego a bañarse de alcohol y a olvidarse de aquellos que tuvieron a bien acercársele. Ella tiene una visión distinta de lo que quiere para el futuro del país. Ella, por supuesto, no quiere un México con pobres, pero sabe que darles una limosna no cambiará sus condiciones, pero facilitarle las cosas sí tendrá un efecto.

    Ella quiere un México de trabajo, con verdaderos trabajadores que quieran mejorar su modo de vida, no incondicionales que estarán esperando, cada uno o dos meses, unos centavos, con la condición de que se arrastren cada que el líder máximo decida que quiere ser apapachado por ellos.

    Xóchitl es una mujer de palabra y no quitará apoyos, pero sí va a reorganizar muchas cosas para evitar desmanes y transas, como las que hay en este momento. No se arrastra ante nadie y no es incondicional de nadie. Sabe que en los partidos que la cobijan aún hay personajes que quieren dividir, esa es una realidad, pero tiene también junto a ella a un buen equipo que se irá perfeccionando con el paso del tiempo.

    Lo más importante es que hay muchos mexicanos, millones que están dispuestos a darle su voto, sin condiciones, sin una lanita, más bien, con la idea y propósito de que al país le vaya mejor, porque ahorita realmente es una pesadilla lo que se vive en México.

    Derrotas

    La izquierda en Latinoamérica se está yendo y ojalá se vaya para siempre. Hoy, hay buenos resultados en El Salvador y en Ecuador hubo buenas noticias. En Perú las cosas caminan mejor y la gran noticia es que el pasado domingo, en Argentina, ganó Javier Milei. Desde luego, él solo no va a ser la solución a los graves problemas a los que fueron arrastrados los argentinos, pero ya es un comienzo distinto, por lo menos. Ojalá en México, ocurriera algo así, de verdad.

    Sinvergüenza

    Hace apenas unos días, el priista Adrián Ruvalcaba, alcalde de Cuajimalpa, dijo que renunciaba al PRI luego que no fue electo candidato del Frente Amplio para buscar la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

    Como no se cumplió su capricho, dijo que renunciaba al PRI, como lo han hecho muchos idiotas, y hasta amenazó con que sus amigos diputados de la Asamblea Legislativa votarían por la ratificación de la infumable Ernestina Godoy.

    Poco después, dijo que no se iba del PRI pero que su relación con el partido que lo ensalzó estaría en pausa.

    La pregunta es ¿Para qué tener a un elemento que se enojó, traicionó y luego se disparó en su propio pie? ¿Para qué contar con alguien que lo más seguro es que les propine una cuchillada trapera a los candidatos del Frente, incluido Santiago Taboada?

    No hay lógica y lo más conveniente será mantenerlo lejos. Si de por sí en algunos casos el Frente por México ha tropezado consigo mismo por algunas decisiones extrañas, no parece sano pensar que pudieran tener algún apoyo de alguien tan dañino como Ruvalcaba.

    Problemas en Veracruz

    La candidata de Morena, Rocío Nahle no está muy identificada con Veracruz y tanto acarreo a sus eventos le ocasionará más problemas que alegrías. No ser veracruzana es su carga más pesada y en Morena eso parece no interesarles, por lo menos al impresentable Esteban Ramírez Zepeta. Hoy, hay una ligera división en Morena y todo parece estar centrado en que hay varios grupos allí dentro que no están muy conformes con las decisiones que han tomado tanto el presidente López y el propio gobernador Cuitláhuac García que solo está empeñado en hacer candidata al Senado a Dorheny García Cayetano, su pariente, hermana o quién sabe qué.

    PD En el PRI también hay noticias y ya se verá qué ocurre tras la confirmación de José Yunes Zorrilla como candidato al gobierno y qué posiciones y candidaturas logran sus adversarios. En Veracruz hay mucho por hacer y aún sin cargos, muchos integrantes del PAN, PRD y PRI tienen un amplio espacio para trabajar sin detenimiento, todo ello mientras en Morena se dan hasta con la cubeta.