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    Miguel Ángel Gómez Ruiz
    Contrapunto

    Aunque los simpatizantes del presidente López califiquen la obra del Tren Maya como lo mejor, eso no está ni cerca de ser un gran suceso. Vaya, da hasta vergüenza que una exfuncionaria del gobierno federal, Tatiana Clouthier opine que esa obra se compare con el viaje del hombre a la luna. Para nada, es un simple tren, cuya construcción, a sobrecosto, ocasionó que se derrumbaran decenas de miles de árboles y se dañase el entorno ecológico.

    El sábado 15 de diciembre, el presidente inauguró menos de la mitad del famoso tren. Muy a su estilo, inaugurando cascarones, el presidente casi hizo lo mismo que la refinería “Dos Bocas”, que fue inaugurada sin que se le introdujera el sistema de refinación –poca cosa- y que dio como resultado que hasta el día de hoy no se refine nada, no seamos autosuficientes en la producción de gasolina y que el combustible se venda entre 22 y 26 pesos y no a 10 como lo prometió en su campaña el mandatario de los pobres del país.

    Bueno, con sus invitados de lujo, entre ellos Carlos Slim que aumentó su fortuna en grado superlativo gracias a que hace la mayor parte de las obras de la 4T, hubo un recorrido del citado tren. Incómodo para el pasajero, con los baños sin terminar y vertiendo agua o bien, parte de lo que el organismo desecha, con tiendas colocadas en las terminales como si realmente funcionaran y que posteriormente fueron quitadas. Fue un recorrido con mucho mayor tiempo utilizado que el pensado. Vaya, hasta en un autobús totolero el viaje habría sido más placentero y rápido.

    Y así, se inauguró una obra cara y sin que se concluya un poco más de la mitad, muy al estilo del presidente que ahora puede presumir un aeropuerto inservible, una refinería que no refina ni agua y un tren caro e incómodo. Así las cosas.

    El presidente López dice que sus adversarios están enojados, pero no es así, más bien sus obras faraónicas causan mucha gracia, pues ninguna es funcional. Es cierto, ninguna sirve.

    Es más, todo el dinero que invirtió en esos bodrios, bien podría servir para que el país tuviera más y mejores policías. Bien capacitados, mejor armados y listos para combatir al crimen organizado.

    De hecho, parte de ese dinero hubiese servido para que en el país no faltara ninguna medicina, ninguna quimioterapia y tampoco faltarían vacunas o medicamentos contra el SIDA. Habría mucho menos muertos y no tendríamos médicos cubanos que ni siquiera sabemos si realmente estudiaron una carrera en Cuba, país que hoy se cae a pedazos.

    Tampoco habría tanto migrante, pues habría más elementos en el sur del país para controlar e inhibir la entrada de venezolanos, haitianos y colombianos, además de hondureños, guatemaltecos, salvadoreños y demás, muchos de los cuales seguramente ya hasta tienen credencial de elector para el proceso del año que viene.

    De hecho, el presidente está feliz con todo eso, presume sus obras, dadas en su totalidad al ejército mexicano, dándoles el control a ellos y a la Marina en las aduanas, pero impidiendo que actúen al cien por ciento para controlar a los menesterosos que forman parte del crimen organizado.

    Porque algo es más que cierto. Podríamos presumir que hace tiempo, tanto el Ejército como la Marina eran instituciones que trabajaban por el bien del país y hoy día, muchos de sus elementos han sido rebajados a ser albañiles, limpia baños y recogedores de basura. Así.

    Veremos, además, sobre el Tren Maya, quién se sube a dar la vuelta en un servicio que sólo provocará retrasos a quien lo utilice, pues algo es cierto, a muchos turistas les interesa más la playa que la cultura de nuestro país y vienen a Cancún y otros destinos, porque es más barato que otras partes. Es más, ya ni siquiera hay tanto atractivo, pues hoy se cuenta con taxistas abusivos en esa zona y además, con una fuerte presencia de bandas delictivas que cuentan con la inutilidad de Mara Lezama, gobernadora de Quintana Roo.

    Tristeza

    Nuevamente, hoy podemos narrar el terror que vivieron decenas de jóvenes en Salvatierra, Guanajuato, estado que ha sido azotado por la delincuencia y que ha tenido como observador al gobierno federal sin que éste haya actuado con propiedad para defender a la población.

    Unos tipejos, ingresaron al lugar, dialogaron con los organizadores y hubo la orden de alguien que “mataran a todos” y allí comenzaron los disparos. Murieron doce jóvenes y otros once resultaron heridos. Los delincuentes se fueron muy tranquilos y allí, en una vieja construcción en ese municipio, quedaron las huellas y la marca de un gobierno federal inútil y ajeno.

    Porque algo es cierto, al crimen organizado debe enfrentarlo el gobierno federal y no es para ponerse si sí o no. Así es y quizá, lo más dramático es que el gobierno del presidente López hace poco o nada pues se trata de un estado gobernado por la oposición.

    Una masacre más y quizá no haya resultados, ni detenidos, ni nada. Al contrario, se niegan o se minimizan estos hechos.

    PD Pareciera que no, pero el priista y veracruzano José Yunes Zorrilla comenzó fuerte su campaña con todo y que muchos idiotas dan por derrotada a la oposición. De hecho, Pepe tiene una gran trayectoria en Veracruz y en nada se asemeja lo que ha hecho la zacatecana Rocío Nahle, que lo único que hizo fue trabajar un tiempo en Pemex. De ahí en fuera, se benefició a costa de la 4T y ya, hasta allí.