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    Julio Vallejo

    La delgada línea entre mi opinión y la tuya

    En el 8M, a todas las mujeres de un importante corporativo el jefe les dio el día… menos a Dolores, la chica de limpieza.

    Junto con su escoba bailaba sola por los pasillos de las oficinas, recogiendo el polvo de los pisos de mármol mientras los mechudos blancos y llenos de cloro esperaban su turno para ser ocupados.

    Pulir pisos del edificio que serían ensuciados por los mocasines de hombres de negocios es su trabajo.

    Si bien observaron el acto discriminatorio no hicieron nada, no dijeron nada ni abogaron por ella. ¿Sus congéneres? tampoco. Dolores se quedó sola haciendo su trabajo para que no le descontaran el día, mientras seguía por su celular la transmisión en tiempo real de como las demás mujeres marchaban hacia el parque central. Ellos son dominantes y toman decisiones, ellas subordinadas.

    En el 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, mientras miles salieron a las calles en diferentes partes del mundo para reivindicar la lucha feminista, leo que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, menciona que tardarían tres siglos para poder tener una verdadera paridad. Ellas no están dispuestas a esperar tanto.

    El feminismo plantea un cambio de paradigma en el imaginario colectivo donde como movimiento social –movimiento político, en consecuencia- emerge como una clara respuesta a los múltiples escenarios de violencia.

    Esperemos que con el nuevo Presidente de la República (mujer) palpemos la igualdad entre hombres y mujeres.

    No solo se trata de cromosomas XX y XY. Hoy, mi texto es breve y deseo que su lucha también. Que no pasen más siglos conquistando derechos y libertades.