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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    Cuando el partido oficial dejó sentir que el actual ¿diputado? federal de Xalapa, Rafael Hernández Villalpando sería nominado para tratar de reelegirse por segunda vez, en el equipo de campaña de Américo Zúñiga Martínez -quien sería el abanderado de la alianza Fuerza y Corazón por Veracruz para buscar esa posición- hubo una gran alegría porque eso facilitaba la competencia para la oposición, puesto que el exrector de la UV y exalcalde de la capital era y había sido un representante popular ausente, por decir lo menos. Era una paleta muy chupada según su propia definición, y preveían que se iba a sentar en el sillón de su casa para ver cómo le ganaban el mandado y la curul.

         Pero no, Morena anunció finalmente que la encuesta entre sus militantes se había inclinado por una de sus diputadas locales xalapeñas, Ana Miriam Ferráez Centeno… y entonces en el equipo de Américo hubo una verdadera fiesta, porque si Villalpando era un adversario muy a modo, la señora Ferráez venía a ser la rival soñada.

         Al igual que el federal, la diputada local se había limitado a cobrar religiosamente su quincena y a no hacer nada por sus representados. De su paso por la Legislatura de Veracruz solamente se recuerda su declaración de que si las mujeres no querían ser secuestradas o violadas deberían quedarse en su casa a partir de las 10 de la noche, un toque de queda que hizo famosa negativamente a su autora, aunque ahora niega tan mentirosa como categóricamente que haya dicho eso (por mala fortuna para ella, siempre hay un video y existe constancia grabada de su dicho).

         Desde que Américo Zúñiga supo que nuevamente iba a ser el candidato a la diputación federal, se prometió a sí mismo que esta vez buscaría ganar de manera sobrada, porque hace tres años no le había alcanzado para revertir todas las marrullerías que utilizó el Gobierno de Cuitláhuac García para arrebatar las elecciones.

         A eso hay que añadir que el xalapeño es, si no la más, una de las personas más cercanas en el afecto y en el proyecto a Pepe Yunes Zorrilla, y se impuso como tarea específica el arrimarle votos a su gran amigo candidato a Gobernador.

         Por eso quienes vivimos en Xalapa vemos al candidato Américo a todas horas y en todas partes. Empieza sus actividades a las 6 de la mañana y las termina pasada la medianoche. Va, sube, baja, camina unos 15 kilómetros diarios, saluda de mano a 500 personas por jornada… y platica con la gente, la mira a los ojos, se entera de sus problemas, escucha con atención lo que le proponen para mejorar la condición de vida de los atenienses veracruzanos.

         Por su parte, Ana Miriam sigue tan desaparecida como lo ha sido en su diputación, al grado que se excusó de participar en el debate que había organizado el OPLE para que la ciudadanía pudiera confrontar los proyectos de las dos candidatas (una total desconocida, Erika Blix, va por el partido de Dante Delgado>) y el candidato.

         La última medición real (porque ahora las encuestas se clasifican en reales, medio reales, cuchareadas y las de Rocío Nahle) pone a la alianza con 48% de la intención de voto, contra 32% de Morena y sus aliados, y MC muy abajo. Esta situación comprometida para Morena será peor porque cada día que pasa Américo sigue haciendo su intensa campaña y gana adeptos.

         A quien se le ocurre aconsejarle que no se confíe, Américo le responde rotundo: “Trabajo como si fuera en último lugar”.

         Por eso va a ganar… también.

    sglevet@gmail.com