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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    En 2018, de manera sorpresiva, Cuitláhuac García Jiménez ganó la gubernatura en Veracruz. Es correcto, fue beneficiado por el efecto de López Obrador pues apenas tres días antes del proceso iba entre cinco y ocho puntos debajo de Miguel Ángel Yunes Márquez.

    Alrededor del entonces gobernador electo había una dicha desbocada, pues los morenistas aseguraban que iba a tener un éxito inusitado como mandatario y que por fin, la justicia llegaría a Veracruz. Es decir, todas sus esperanzas estaban puestas en un ingeniero de profesión, que según dicen era un catedrático de medio pelo y que, como diputado federal, casi nunca asistió al Congreso.

    De hecho, una persona cercana a él, reconoce que el mandatario, en efecto, no acudía al Congreso federal, pero si se daba la gran vida acompañado de Dorheny García Cayetano, se ignora si ella es su hermana, medio hermana, prima, amiga, en fin, casi nadie lo sabe.

    Cuando comenzó a gobernar de inmediato demostró dos cosas: que siempre fue un porro cuando formó parte del PRD y que no sabía nada. Es cierto, hasta la fecha el gobernador Cuitláhuac García, el de los sabadazos, el compadre de Elio, el amigo de los magistrados morenistas a quienes comenzó a colocar en 2019, el que casi nunca asiste al palacio de gobierno e Xalapa y al que no le gusta salir ni a media cuadra de la Casa Veracruz, jamás logró entender el cargo para el que fue electo.

    Por el contrario, Veracruz ha estado en el ojo del huracán desde el inicio de su gobierno, como con aquél incendio en un conocido antro en Coatzacoalcos en donde jóvenes acompañantes y bailarinas, así como meseros y comensales murieron quemados pues a un grupo del crimen organizado –de tantos que hay- se le ocurrió desquitarse con el propietario, quemando el lugar sin que hubiera autoridad que le pusiera un alto.

    También, ha habido ejecuciones en la mayor parte del estado así como violaciones, levantones, feminicidios y todo tipo de delitos, pero el mayor combate que ha encabezado el mandatario es contra sus opositores, como si ellos fueran los grandes criminales y cabe añadir que su policía y su Fiscalía –que debiera ser independiente- fallaron.

    Porque basta recordar que desde sus primeras reuniones sobre seguridad jamás dejó ingresar al entonces fiscal Jorge Winckler, con todo y que el funcionario le llevaba información sobre las investigaciones de los crímenes que estaban ocurriendo en su mandato.

    Luego que por medio de una vulgar medida logró quitar a Winckler, inició una despiadada búsqueda para tratar de encarcelarlo y además, logró imponer a Verónica Hernández Giaddans como fiscal, quien jamás logró dar un buen resultado en su cargo.

    Jamás se reunió con empresarios, ni con opositores, ni con feministas, ni con jóvenes, mucho menos con líderes religiosos. Únicamente dejó pasar el tiempo y sólo de dedicó a inaugurar obras intrascendentes. No se construyeron carreteras y si se construyó alguna al poco rato no sirvió. Se cayeron puentes y demás, pero eso sí, siempre estuvo disponible para utilizar el presupuesto, la infraestructura y hasta a los trabajadores de las dependencias y así, recibir al presidente López y para apoyar, a regañadientes, a Rocío Nahle ahora que es candidata a sucederle.

    De hecho, desde el inicio de su gobierno, Cuitláhuac García se negó a pagar adeudos de otras administraciones. Sí, él siempre dijo que Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares le debían dinero a empresarios, organizaciones y extrabajadores, olvidando que los adeudos son institucionales. Es decir, el que debe es el Gobierno del Estado.

    Caso curioso, casi no ha habido obra pública en su gobierno. No se construyeron oficinas, ni laboratorios de investigación, ni nada por el estilo, pero se calcula que desde el inicio de su gobierno, hubo –hasta ahora- un subejercicio de unos 15 mil millones de pesos que fueron devueltos al gobierno federal para que fueran utilizados en otras cosas, supongo que para el pago de becas y pensiones.

    El mandatario nunca quiso escuchar a Empresas SOS, por ejemplo, a los que se les adeuda una cantidad superior a los 400 millones de pesos. Hubo una que otra reunión y jamás se dio un pago. En el trayecto, varios empresarios murieron, no en la mendicidad, pero sí frustrados porque no se les pagó con todo y que dieron un servicio al gobierno del estado.

    Así ha sido esta administración, sin fuerza ni resultados, pero eso sí, dispuesta a dejar el cargo a otra gente de Morena que no se ve, ni de lejos, que pudiera ser mejor que este gobierno. El veracruzano decidirá, sin duda.

    PD Habrá marcha de la Marea Rosa el próximo domingo. Llegaron los amigos de la CNTE al Zócalo, no se sabe si para entorpecer el evento o para que les satisfagan sus demandas pese a que son el grupo menos trabajador en el país. Eso no debe detener a todos aquellos que queremos un México mejor. Queremos un país que sea gobernado sin ocurrencias y con justicia social, sin duda.