Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde A Janela
“Ya solo restan cuatro meses para que se vaya a … su rancho”
Ya los candidatos y sus partidos hablaron, hicieron sus planteamientos, exhibieron a los contrarios, repartieron su propaganda y se anunciaron en medios masivos de comunicación y e redes sociales.
Su protagonismo ya terminó y ahora este se pasa a quienes vamos a decidir, marcando una boleta y depositándola en una urna, el futuro político a mediano, y tal vez, a largo plazo de nuestro país.
Poner como símil a este momento electoral el de un proceso judicial resulta inevitable, ya que las partes y sus abogados expusieron y probaron sus pretensiones y ahora nos encontramos en el momento en que el negocio se encuentra en manos de los juzgadores visto para dictar sentencia y esta, el muy próximo domingo dos de junio será pronunciada.
Pues bien, en este momento en el que la decisión de qué país, y varias entidades también, queremos para los próximos seis años, merece mucho la pena tomarse unos instantes y reflexionar muy bien la decisión que se va a tomar.
Lo primero que hay que tomar en cuenta es que la decisión la debemos de tomar entre todos y eso implica que todos los mexicanos que tenemos la capacidad legal para votar debemos de participar, volviendo al ejemplo que puse: los juzgadores somos todos los ciudadanos y,por ende, nuestra obligación es decidir por nosotros mismos cuál de las propuestas vamos a escoger; ya que no votar o hacerlo por una opción que sabemos que es notoriamente inviable, equivale a dejar que otros decidan lo que nosotros mismos podemos decidir.
Esto último no lleva a una segunda reflexión, la cual consiste en ser conscientes de que solo existen dos opciones reales en la palestra, quienes se presentaron como una supuesta tercera vía no pasaron del fandango (iniciaron y terminaron su campaña en la fiesta) y los famosos 15 minutos de fama y, en consecuencia, votar por ellos es exactamente lo mismo que quedarse en casa.
Ahora bien, de las dos opciones que realmente están en lisa tenemos que escoger una sola de ellas y para tomar esa decisión tenemos que valorar desde los aspectos generales hasta los más personales.
De los primeros ya se ha hablado hasta el cansancio en todos los medios de comunicación durante los últimos años; por ello, en este momento de reflexión previo a emitir el voto quiero centrarme en lo que a nivel individual y familiar hemos experimentado en el pasado remoto y en estos últimos seis años.
Por ejemplo, si realmente disminuyeron o aumentaron la corrupción y el abuso del poder y darse cuenta de ello es relativamente fácil; ya que si te dedicas a ofrecer bienes o servicios al gobierno sabrás si los moches desaparecieron o, por el contrario, aumentaron; también sabrás si te pagan lo estipulado y en el momento acordado o si se quedan con tu dinero.
De la misma manera si tu ocupación es la de ser servidor público, sabrás si tus jefes son menos o más prepotentes que los anteriores, también sabrás si te descuentan de tu salario para “apoyar” al partido o si dejaron o no de obligarte a ir a actos de campaña; así mismo, sabrás si se acabaron o no los “aviadores” y los recomendados o si hay más de ellos que antes.
Si eres usuario de las vías públicas lago debes de saber si las policías extorsionan o dejaron de hacerlo y con qué frecuencia lo hacen, aplicando lo mismo en cuanto a si fabrican o dejaron de fabricar delitos.
Si eres padre de familia seguro sabes si tus hijos tienen clases con la misma regularidad que hace seis años o si, por el contrario, has tenido que cambiarlos a una escuela particular, porque hay menos clases e incluso cierran las escuelas para repararlas en periodos de clases o si el contenido del libro de texto tiene o no la misma calidad que los anteriores.
Si eres viajero de negocios y/o de placer sabrás si te sientes más seguro, o menos, en las carreteras que hace seis años o si has puesto un negocio sabrás si la delincuencia te cobra un “impuesto” o ya no.
Si has tenido un problema de salud (o un familiar) sabrás si los servicios públicos son más o menos eficientes que hace seis años y también sabrás si te has visto obligado a acudir a laguna clínica privada con mayor o menor frecuencia que antes.
Si eres proveedor en el hogar seguro te darás cuenta si el “súper peso” y el “súper salario mínimo” son reales o son un engaño y también podrás deducir que los precios aumentan como consecuencia de la delincuencia organizada.
Aparte de las mencionadas, hay infinidad de situaciones cotidianas que deben de tomarse en cuenta como reflexión antes de acudir a la casilla electoral y decidir el destino del país.
En resumen, hay que reflexionar si el famoso “bienestar” realmente está produciéndose y debe continuarse por la misma senda o si, por el contrario, se trata de un engaño y hay que replantear las políticas públicas con la finalidad de buscar tener un mejor país.
Llegó el momento de decidir.
Twitter: @FelipeFBasilio