Bernardo Gutiérrez Parra
Desde el Café
El martes anterior el presidente López Obrador dijo en su mañanera que las elecciones que se llevarán a cabo en menos de 48 horas: “Van a ser las más limpias, las más libres y sobre todo, las más pacíficas en la historia de México. Así como se los estoy comentando; ese es mi pronóstico”.
Nada tarugo, el señor nunca dijo “es mi compromiso” o “es el compromiso del Ejecutivo a mi cargo”. Simplemente dio su pronóstico como quien juega al Melate.
Pero a renglón seguido hizo un comentario que dejó estupefactos a todos: “Apostaron nuestros adversarios los conservadores a que iba a haber violencia. y afortunadamente no ha sido así”.
Futa…
Ese martes hubo siete ataques contra candidatos a puestos de elección popular con un saldo de tres muertos y cuatro lesionados. Y desde que comenzó el proceso que culminará este domingo, han asesinado a 53 candidatas y/o candidatos en 754 ataques a actores políticos.
Por donde se le mire, estas elecciones serán recordadas como las más violentas y sangrientas en la historia de este país. Ni cuando José Vasconcelos perdió la presidencia hubo tanto muerto.
¿De dónde saca el presidente que serán pacíficas? ¿De su ignorancia o de su cinismo?
Mientras más se acerca el día de ir a sufragar más violento se pone el ambiente. Y nuestra entidad no está al margen ya que desde el 7 de septiembre (en que inició el proceso electoral), hasta el 29 de abril, se han registrado en Veracruz 19 ataques contra políticos con un saldo de tres asesinados.
Y las embestidas continúan, pero de parte de las autoridades.
La noche de este miércoles, policías estatales y fuerzas federales tomaron por asalto el Palacio Municipal de Yanga y las instalaciones de la policía, de donde sacaron a los uniformados que estaban de servicio, los desarmaron y los treparon a un autobús con destino a Xalapa, quesque para hacerles la prueba de control y confianza, “porque han crecido los delitos de alto impacto en la región”.
Días antes esos mismos policías estatales, habían puesto retenes para impedir el paso a la comitiva de Pepe Yunes que tuvo un mitin en ese municipio. “Lo que quieren es intimidarnos para que no salgamos a votar. Pero se necesita algo más que policías y soldados para amedrentarnos”, me dijo un reportero de aquella zona.
La delincuencia también está haciendo su chamba, aunque en menor proporción que en el 2021 cuando estaba Eric Cisneros como secretario de Gobierno.
De donde hay presión en serio es de Palacio Nacional. En la reunión que tuvo el presidente la semana anterior con los gobernadores de Morena les dijo, palabras más palabras menos: “A ustedes los hago responsables del triunfo de Claudia en sus respectivos estados, pero además del triunfo de todos los candidatos de nuestro partido, principalmente de los candidatos a las gubernaturas”.
A Cuitláhuac García debió caerle como patada al estómago semejante responsabilidad porque el triunfo de sus candidatas se está tambaleando en Veracruz.
De ahí que esté recurriendo a la intimidación, pero también a la trampa al estilo del PRI cuando era gobierno.
En su columna de hoy el periodista Filiberto Vargas da a conocer el rosario de artilugios a los que recurría el tricolor como el Carrusel, el Ratón Loco, el Acarreo y la Coacción del Voto cuando una elección amenazaba con descomponérsele.
No hay que olvidar que la de este domingo será una elección de Estado en la que el gobierno federal tiene bien metidas las manos. ¿Al estilo de don Porfirio? No hombre, al estilo de López Obrador.
Pero el antídoto contra las amenazas, los ataques y la chapucería es tu sufragio, lector, porque puede marcar la diferencia.
Luego entonces no te hagas el remolón, deja de rascarte la barriga, ponte ropa cómoda y nos vemos en las urnas.
bernardogup@hotmail.com