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    Sergio González Levet

    Sin tacto

    Va usted a una dependencia pública cualquiera a hacer un trámite personal y resulta que entre los documentos que le solicitan está su acta de nacimiento. Bueno, hasta hace seis años eso no era un mayor problema porque podía acudir al archivo de su computadora, en donde seguramente estaba una copia que había comprado por unos 160 pesos en el portal de la Secretaría de Gobernación y que no perdía vigencia.

         Pero con la Cuarta Transformación eso cambió y ahora le solicitan que el acta no tenga una antigüedad mayor a tres meses, y por eso tiene que acudir al Registro Civil del municipio en el que fue registrado y sacar una nueva copia que le cuesta unos 200 pesos en el Estado de Veracruz (en otras entidades es más cara y en algunas más barata).

         ¿Qué pasó? Que alguien en el Gobierno conquistado por el partido morenista se le ocurrió quitar la característica de permanente a las actas de la Segob, para que los ayuntamientos tuvieran una jugosa entrada adicional por la expedición de actas de nacimiento, de matrimonio y de defunción; jugosa entrada que tenemos que pagar los ciudadanos.

         El servicio de copias certificadas sin caducidad que emitía la Secretaría de Gobernación en los últimos años del sexenio de Enrique Peña Nieto se debió a un programa de digitalización y de certificación de todas las actas de nacimiento emitidas en México durante el siglo XX y lo que va del XXI.

         Fue un trabajo monumental que requirió muchos recursos humanos y financieros, y que fue completado exitosamente para bien del bolsillo de los mexicanos que necesitaban un acta del Registro Civil. Pagabas una vez y ya la tenías para siempre. Costó una millonada y muy probablemente hubo corruptelas en su puesta en marcha, ¡pero funcionó!

         En los archivos de ese programa de la Segob -que propulsó el entonces Secretario Miguel Ángel Osorio Chong- están todas las actas emitidas en el país y además tienen una firma electrónica individual que las certifica como auténticas. Con ello se logró evitar la serie de engaños y falsedades que ocurrían con estos documentos que necesita cada ciudadano en muchos momentos de su vida tramitológica. Por ejemplo, para inscribirse en cualquier escuela, para casarse, para tramitar la licencia de manejar, para sacar la credencial de elector, para… para lo que usted quiera.

         El Gobierno de la República logró hace siete años que las actas fueran de pago por una sola vez, y el Gobierno actual nos obliga a pagar de nuevo por ellas, aunque el programa permanece en la red.

         He ahí un ejemplo más de la solidaridad del Gobierno de AMLO con el pueblo al que tanto dice que quiere. Y así hay muchas cosas más… pero dice que 35 millones votaron por su corcholata.

    sglevet@gmail.com