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    Ignacio Alvarez

    Pluma Negra

    Un acierto, aunque tardío, es la desaparición de la Fuerza Civil, un sector de la Secretaria de Seguridad Pública del Estado que era desde hace varios años el terror para miles de ciudadanos y que lamentablemente, tuvo que haber dos muertes públicas a manos de sus elementos para tomar la decisión de su disolución.

    La agrupación policiaca que fue creada en el 2014, por el Gobierno de Javier Duarte de Ochoa y se denominó como Grupo de Operaciones Especiales de la Fuerza Civil es la unidad élite de la Secretaría de Seguridad Pública, especializada en tácticas de combate e intervenciones aéreas, acuáticas y terrestres, se convirtió en una pesadilla para Veracruz. 

    Con el paso de los años, los elementos de esa corporación se convirtieron en el terror para muchos ciudadanos; los taxistas que eran sujetos indebidas revisiones, eran robados de sus pertenencias, los ganaderos que transportaban sus vacas en las carreteras del estado, los comerciantes, transportistas y ciudadanos comunes que caían en sus manos, eran víctimas de los elementos de la FC.

    De norte a sur de Veracruz, los abusos de autoridad de estos elementos eran el pan de cada día; anoche el gobernador Cuitláhuac García Jiménez tomó la decisión de disolver ese sector de la SSP, en función del asesinato de dos personas durante una manifestación para exigir agua en Perote, el pasado vierenes.

    En un comunicado, el Gobierno de Veracruz y la Secretaría de Seguridad Pública anunciaron la extinción de esa corporación, y dejan claro que se trata de una decisión tomada tras los hechos violentos en las Granjas Carroll de Perote, donde dos personas perdieron la vida a manos de los elementos de la Fuerza Civil cuando reprimieron la manifestación pública.

    Tal y como lo dicta la prédica popular, después del niño ahogado se tapa el pozo, pero el escándalo de los dos asesinatos en Perote no es el único, pero sí la gota que derramó el vaso. La Fuerza Civil es una mala referencia de Seguridad Pública en el estado de Veracruz, sobretodo en las carreteras. La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Veracruz mantiene decenas de quejas contra la corporación, más las que no se denuncian.

    Pero la Fuerza Civil no es la única abusiva, las policías municipales también se las gastan; la semana pasada en San Andrés Tuxtla la Policia Municipal acabó con la vida de un comerciante; nueve elementos fueron detenidos; en enero pasado la Policía Municipal de Angel R Cabada mató a un joven y fueron detenidos cuatro elementos.

    Lo cierto es que Veracruz, padece una crisis de seguridad pública, de prevención del delito y capacitación, que tiene que ver con decisiones e inversiones del Gobierno del Estado que no se resolverá con la disolución de la Fuerza Civil, hace falta mucho más de parte del Gobierno.