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    Miguel Ángel Pedraza Zárate

    La obesidad, es una enfermedad crónica, de origen causal complejo, de etiología multifactorial, donde factores genéticos, sociales y ambientales interactúan; se caracteriza por un aumento de los depósitos de grasa corporal y como consecuencia de peso, la ganancia, causada por un balance energético positivo, ocurre cuando la ingestión de alimentos excede el gasto de energía y el exceso es almacenado como grasa en el organismo. Desde el año de 1998, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera a la obesidad como una epidemia global y la define como una acumulación anormal o excesiva de grasa que supone un riesgo para la salud. Reiteramos, la obesidad es una enfermedad crónica, compleja y multifactorial que suele iniciarse en la infancia y la adolescencia, por ello significa un creciente e importante problema de salud pública por ser un factor común de riesgo para patologías crónicas. Hay varios mecanismos biológicos que afectan en este tipo de pacientes, uno de ellos es la inflamación crónica, causado por el exceso de grasa, en México el 75.2% (en adultos es de 36.9% y de sobrepeso es de 38.3%) de la población desarrolla sobrepeso y/o obesidad, una de las de mayor prevalencia a nivel mundial. La prevalencia de obesidad abdominal en personas con 20 o más años de edad es de 81.0%. La posibilidad de tener obesidad es 45% mayor en mujeres que en hombres y 1.7 veces más alta en adultos de 40-59 años que en jóvenes de 20-39 años.

    El sobrepeso y/o obesidad son los principales factores modificables de muerte prematura a nivel mundial y pueden aumentar la probabilidad de desarrollar, hipertensión arterial, enfermedad cardiovascular, dislipidemias, diabetes mellitus y otros padecimientos crónicos, Los factores epigenéticos, mayor edad, inactividad física, aumento de peso materno, baja educación y entorno alimentario con fácil acceso a alimentos densamente energéticos (grasas saturadas, azúcares simples) favorecen la presencia de obesidad, es más frecuente en mujeres que en hombres en la mayoría de los países en vías de desarrollo, se desconocen todos los factores que determinan las diferencias por género.

     La circunferencia de cintura (CC) es un indicador independiente del índice de masa corporal (IMC) para evaluar la cantidad de masa grasa intraabdominal y predecir la aparición de las consecuencias metabólicas de la obesidad. Aunque existe correlación entre estos dos indicadores, la medición conjunta complementa la evaluación para pronosticar diferentes desenlaces y hacer evaluaciones a través del tiempo. El IMC se clasifica utilizando los puntos de corte de la Organización Mundial de la Salud (OMS): IMC normal (18.5-24.9 kg/m2), sobrepeso (25.0-29.9 kg/ m2) y obesidad (≥30.0 kg/m2), se utiliza tres subcategorías de obesidad: obesidad grado I (30.0-34.9 kg/m2), obesidad grado II (35.0-39.9 kg/m2) y obesidad grado III (≥ 40.0 kg/m2); Se considera que un adulto tiene Obesidad abdominal cuando la circunferencia de cintura es ≥80 cm en mujeres y ≥90 cm en hombres.

    La prevalencia de obesidad incrementa conforme aumenta la edad, hasta alcanzar su punto máximo alrededor de la cuarta y quinta década de la vida. A partir de entonces, el peso corporal comienza a disminuir en los años subsecuentes.

    Debemos reconocer que los pacientes obesos, y especialmente aquellos con un mayor grado de obesidad, tienen un mayor riesgo de deterioro clínico, como tal, los pacientes deben ser cuidadosamente monitoreados para reducir la morbilidad y la mortalidad. Como resultado, las personas con obesidad experimentan estigma generalizado y resistente, que interfiere con sus relaciones sociales y profesionales, incluyendo sus interacciones con el personal de la salud. Comprender el papel de la obesidad debe de ser una prioridad de salud pública, dada la alta prevalencia de probabilidad de desarrollar enfermedad grave. Se debe de considerar la magnitud, trascendencia y relevancia de la obesidad y no olvidar que es causada por la interacción de múltiples factores, tanto genéticos, ambientales, metabólicos y conductuales, en la sociedad actual persiste la percepción de que se debe a una falta de voluntad para seguir una dieta saludable y hacer ejercicio físico, tanto la población general y los organismos gubernamentales de salud debemos ser responsables e invertir en nuestra salud.