Enrique Yasser Pompeyo
Mesa de Redacción
El caso que se registró en el municipio de Las Choapas, en el sur de Veracruz, donde dos inmuebles fueron baleados por delincuentes, muestra que la ola de inseguridad y de violencia continúa, a pesar de que lo nieguen las autoridades estatales.
Aunque el titular del Poder Ejecutivo estatal intenta presentar cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) y asegura que los delitos disminuyen, olvida decir que los datos del organismo federal se refieren a la ocurrencia de presuntos delitos registrados en carpetas de investigación iniciadas en las Agencias del Ministerio Público y reportadas por las Procuradurías Generales de Justicia y Fiscalías Generales de las 32 entidades federativas, instancias responsables de la veracidad y actualización de las cifras.
Es decir, son datos proporcionados por la propia Fiscalía General de Veracruz, lo que pone en duda los datos que se presentan, pues como ya se ha dicho, los ciudadanos afectados por algún delito, no acuden a interponer las denuncias correspondientes por el temor a que les hagan algo, además del tortuguismo que se registra en las oficinas de gobierno.
Pero más allá de la danza de cifras, maquilladas o no, están los hechos, la violencia, los delitos, la realidad que se niegan a reconocer las autoridades.
El caso de Las Choapas, en donde dos viviendas fueron baleadas este martes en la colonia La Cuevita, cuyos propietarios son un ganadero y un contratista, permite observar que las bandas del crimen organizado continúan operando en el territorio estatal.
Los agresores viajaban en un camioneta, quizás robada, pero en el video que circula en las redes sociales se observa que disparan armas largas, no unas simples pistolas. Eran cinco sujetos.
Ante este enésimo hecho criminal, ¿qué van a decir las autoridades?, ¿con qué lo justificarán?
El sexenio prácticamente llegó a su fin y la inseguridad en varias zonas de Veracruz tiene a la población a merced de los grupos delincuenciales que, al parecer, llegaron para quedarse.
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