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    Agustín Basilio de la Vega


    La próxima elección de presidente en los Estados Unidos es muy importante para el futuro de nuestra región integrada por mexicanos, estadounidenses y canadienses. Durante el siglo XX y particularmente desde que se firmó el Tratado de libre comercio a finales de 1994, Norteamérica es la economía más potente del mundo.


    Lo anterior ha traído a México muchas ventajas como su transformación en un país que ya no depende del petróleo y con una economía diversa integrada a la mundialización del intercambio de bienes y servicios. Recientemente, México se ha transformado en el país que más exporta a los Estados Unidos superando a Canadá y China desatando la polémica en las campañas presidenciales entre Demócratas y Republicanos por el déficit comercial de los Estados Unidos con México.
    Con el próximo cambio de presidente en el país vecino se vive en incertidumbre pues no se puede predecir con exactitud que políticas de estado se implementen con la nueva administración en materia de comercio exterior, migración, calentamiento global, combate a cárteles criminales y trafico de armas y drogas entre otros temas que nos atañen como países vecinos y amigos.
    Tampoco se sabe quién será el candidato demócrata, aunque ya se conoce hasta quién será el candidato vicepresidente de los republicanos. Lo único que se puede hacer es observar los hechos que se presentan. Por ejemplo, en Netflix, se encuentra la película “Hillbill Elegy” que data del 2020 y que narra la autobiografía de uno de los protagonistas de esta elección.
    Lo que conviene a la región es bueno para México: gobiernos que impulsen la libertad, la competencia, el respeto a los tratados internacionales, una eco-economía que no incremente el calentamiento global y que ayude a superar la pobreza en los tres países, una política migratoria justa que respete los derechos humanos y evite el tráfico ilegal de migrantes, políticas de cooperación para detener el tráfico de drogas y armas y mayor integración cultural con lo mejor de cada país.
    Vivimos tiempos de interdependencia y solidaridad mundial, no de egoísmos nacionalistas o chovinistas. Las olimpiadas que vienen son un recordatorio de lo valioso de la globalización de valores para la paz y el progreso humano.
    X @basiliodelavega