José Luis Enríquez Ambell
El comercio formal supone estar en orden legal y se presume ser resultado de un conjunto de transacciones comerciales legítimas, y el comercio informal constituye operaciones – y dicen llamarle hormiga – casi siempre minorista, pero que al final son actividades que no las registra el gobierno en sus ingresos por derechos e impuestos.
En la capital Xalapa, ambos, es evidente que han venido en un aumento en los últimos tiempos, y de entrada pareciera que hasta generan mejor economía entre quienes venden y consumen, pero también presume riesgos.
Y aunque, los negocios formales suponen estar en regla en sus trámites por autorizaciones y permisos ante las autoridades municipales, también es verdad que en las áreas responsables de revisar la documentación y dar el Vo. Bo., correspondiente, deben evitar errores de cálculo de infraestructura, desarrollo urbano y sociales.
Así pues, en la construcción de algunos fraccionamientos se han venido presentando reacciones entre la población y de grupos sociales organizados aduciendo algunos presuntos daños en el entorno del medio ambiente, donde el mayor impacto es por la escasez de agua.
En ese mismo sentido, ahora se dice que pretenden edificar una plaza comercial en la esquina de las avenidas; Araucarias y Pico de Orizaba en la frontera de las Colonias Indeco Ánimas y Sipeh Ánimas, justo atrás de la agencia de autos alemana que tiene una planta en Puebla.
En esa esquina y calles, es todo un tianguis – no sólo lunes y los jueves – sino todos los días e incluso, entre oficinas públicas y un corralón de grúas que trabaja para Transito y Vialidad, y sin descontar antros y lugares de «conBeBencia», donde algunos ni cuentan con estacionamiento,- y se desconoce como lograron la autorización municipal en las administraciones pasadas,- que ha potenciado hechos ilícitos como el robo a casas habitación y negocios, pero igualmente la sustracción de objetos dentro de los automóviles que incluso, han dejado a vehículos sin llantas sobre tabiques y piedras al robarles neumáticos y rines, en diversos horarios, y estando aparcados en la calle.
El problema de abastecimiento y suministro de agua, aumentaría en esa zona, el desabasto y por supuesto, ampliaría tandeos y el malestar social, se comenta y aprecia entre vecinos. Dicho de otra forma; «El abasto de agua potable para esa zona se puede comprometer aún más».
«Y es que se han insertado casi a discreción locales comerciales que actualmente conviven con los habitantes de esa zona, en un desorden creciente de parte del área de comercio, y donde originalmente se tenía para un destino de casa habitación».
DE SOBREMESA
Hace tiempo por no acreditar el estudio de mecánica de suelo y dictamen de protección civil, en esa esquina de Araucarias y Pico de Orizaba, no autorizaron la construcción y edificación de lo que se decía habría de ser una torre para oficinas, ojalá que ahora – en caso necesario por construcción – sea igualmente revisada de manera profunda.
UN CAFÉ CON DOBLE CARGA
Y es que la suspensión de las construcciones de gran tamaño y sobre todo elevadas evitan, hasta ahora, riesgos tales como los que ha estado padeciendo el área de Xalapa 2000, donde algunos edificios con poca altura y relativamente, poco peso, han sufrido desde las cuarteaduras, hasta los desplomes, porque esos predios conforman de manera natural escurrideros y hasta movimientos de laderas.
UN CAFÉ CON LECHE LIGTH
Toda autoridad municipal sin una planeación para proyectar y así construir un nuevo sitio para el abastecimiento de agua; y con el conocimiento de agravar más el problema de desabasto, lleva a suponer que como en Xalapa – CMAS y DESARROLLO URBANO – habrán de atender a la norma, pero también a los vecinos y la población, en busca de evitar afectaciones de otra naturaleza, de intentarse edificar una plaza u obra similar.
¡ ES CUANTO !