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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    Aunque en lo personal ya lo esperaba, por ser un inmundo gobierno de izquierda, Nicolás Maduro se proclamó ganador tras la elección presidencial del pasado domingo en Venezuela.

    Lamentablemente ese país, que en algún momento se significó por su crecimiento y riqueza, ha venido a menos con los gobiernos izquierdistas.

    Primero Hugo Chávez y posteriormente Nicolás Maduro se encargaron de echar abajo ese crecimiento que había logrado el país. Nadie podrá olvidar aquellos reportajes y cientos de fotografías de venezolanos buscando comida en los cestos de basura. La pobreza, el mejor símbolo de la izquierda, se apoderó del país y vimos el éxodo de personas yendo a Colombia y en otros casos su paso por México, rumbo a Estados Unidos.

    Nicolás Maduro violentó al congreso venezolano, al Poder Judicial y se apropió también del Consejo Nacional Electoral lo que, desde cualquier ángulo, lo daba como ganador, pese a la voluntad del pueblo.

    Nadie podrá olvidar esos recorridos de la lideresa María Corina Machado y Edmundo González, el candidato, con eventos multitudinarios y una población desesperada, pero feliz de contar con un poco de esperanza de cambiar su modo de vida.

    María Corina y Edmundo vencieron muchos obstáculos, no fueron encarcelados, no se amedrentaron pese a la persecución de soldados disfrazados de civiles, lograron ser candidatos pese a la desesperación del mismo gobierno y pese a los atentados que sufrieron como el daño a sus vehículos no se dieron por vencidos

    En cada ciudad que visitaron, se palpó la simpatía de sus pobladores hacia ellos. Al final, el gobierno hizo lo que quiso. Se denuncia un fraude pero Maduro se ve muy tranquilo, pese a que como político y ser humano, es una mierda.

    A los venezolanos solo les queda recibir el apoyo internacional, las marchas de un pueblo abatido que ha sido dominado por un gobierno rico y por supuesto y lo que sería invaluable, la ayuda de un ejército compuesto también por hombres abatidos y que también son parte del pueblo.

    En México no podemos confiarnos, también hay un gobierno de izquierda sin capacidad para hacer crecer a la Nación y que ya tiene bajo su poder al Congreso de la Unión y que busca a toda costa, adueñarse del Poder Judicial, que ya tiene bajo su poder una serie de fideicomisos y lo que es peor, tiene bajo su poder a un sector de los mexicanos.

    Quiero comentar que el país no ha tenido crecimiento, ni servicios de salud, ni medicinas, ni seguridad y que los estados gobernados por los hombres y mujeres escogidos por el presidente López han sido los peores. Sus estados son los más inseguros, los más violentos, salvo Guanajuato que es de oposición.

    Cuando uno se da cuenta de la incapacidad y del hambre de riqueza de esos gobernadores, comenzando por su presidente uno no se explica cómo es que ese sector de mexicanos les dio el voto.

    El deporte mexicano

    No me deja de sorprender la forma en la que conducen los cronistas deportivos mexicanos en estos Juegos Olímpicos.

    Este martes, justo cuando compitió la casi desconocida Prisca Awiti quien nació en Londres, de padre keniano y que ha visitado al país innumerables veces. Pero la crónica de sus batallas fue una vergüenza, ya que mientras ganó el cronista decía “ganamos los 130 millones de mexicanos que estamos con Prisca”. Sin embargo, cuando fue derrotada en su búsqueda por el oro, fue ella, solita, quien perdió. Así hay muchos mexicanos.

    En el ámbito deportivo no resta más que decir que a nuestros competidores les irá como siempre. Posiblemente retornen con cuatro o cinco medallas. Sí, un país con 130 millones de habitantes, muchos más que Corea del Sur, Italia o Francia no da para más. Atletas hay, pero competencias, nivel deportivo y recursos faltan.

    Peor aún, no sé bajo qué condiciones fluyan los apoyos. Los últimos tres años vimos a deportistas saliendo a las calles, acudiendo a eventos masivos -artísticos o deportivos-, vendiendo distintos artículos debido a que la titular de la Comisión Nacional del Deporte (Conade) Ana Gabriela Guevara les negó apoyos pese a que el equipo de nado artístico sí logró buenos resultados a nivel internacional. La excorredora de los 400 metros se enteró que vendían productos para dotarse de recursos y dijo que podían vender calzones si querían.

    La administración deportiva en México es un desastre. La Olimpiada Nacional no es suficiente. Si queremos que nuestros atletas destaquen tienen que acudir a todas las competencias posibles. Realmente se ve mal que algunos, no todos, tengan la posibilidad de destacar y se les niegue el recurso y con ello, su nivel competitivo no aumente.

    PD Ojalá que lo que pasó en Venezuela no se vea en México, pero estamos tan cerca…