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    Julio Vallejo

    La delgada línea entre mi opinión y la tuya

    ¿Crees que estemos en los últimos días de usar dinero en efectivo? Hace algún tiempo en la feria de Huamantla me gané una alcancía de cochinito, aún recuerdo que para ganármelo tuve que romper cuatro globos con unos dardos vestidos de pluma de guajolote; desde que la alcancía llegó a la casa, la empecé alimentar de monedas de diez pesos, billetes de doscientos o de cincuenta pesos.
    ¡Llegó el momento de acudir por la alcancía!. Las vacaciones no se pagan solas, así que comencé a acariciar tiernamente con un martillo al cochino, las caricias dieron resultado que hasta las emocionadas monedas cayeron como bolo de bautizo, acompañadas por uno que otro papel moneda que salían volando como las mariposas que traen los billetes de cincuenta.

    Después de varias fotografías por las letras de los pueblos mágicos entre ellos Pátzcuaro, Michoacán, el dinero se iba esfumando poco a poco dejando una fragancia de tristeza por el término de las vacaciones y de la morralla. Al tener contacto con el dinero, me di cuenta que muchos locales piden realizar el pago en efectivo y algunos hoteles solicitan a fuerza tarjeta de crédito para la reservación.

    El economista Kenneth S. Rogoff, comenta que tener una moneda física debería ser una excepción, más que una regla; asimismo, estima que el dinero en efectivo se convierte en un obstáculo importante para el funcionamiento del sistema financiero global, es por eso que aboga por una eliminación gradual de los billetes de mayor valor en su país. Una ventaja de usar dinero en efectivo es la propia autonomía personal, que permite gestionar el dinero sin intermediarios y una de las desventajas, es que el manejo de grandes cantidades en efectivo puede ser impráctico y riesgoso.

    Los economistas manifiestan que el efectivo sigue siendo vital para la libertad financiera, ya que es un pilar fundamental para la economía global; Suecia por ejemplo, está avanzando gracias a sus políticas gubernamentales favorables y a la penetración de tecnología hacia una sociedad sin efectivo. Cada vez son más los países que recurren a esta medida financiera; tal es el caso de China, Suecia, Canadá, Reino Unido, entre otros.

    Niklas Arvidsson, profesor del Real Instituto Tecnológico KTH y experto en sistemas de pago de Suecia, reconoce que grupos determinados corren el riesgo de quedarse atrás, haciendo referencia a las personas de la tercera edad, que se les dificulta el uso del internet, aplicaciones o hasta el mismo cajero automático. Es necesario mencionar, que aún hay lugares que no cuentan con cajeros automáticos o instituciones bancarias. Además, de que los pequeños comerciantes se ven afectados por los cobros por uso de terminal bancaria.

    En conclusión, el mundo ha cambiado y los delincuentes se aprovechan de las enormes ventajas de la tecnología para realizar fraudes; también esto podría terminar en una situación en la que algunos bancos comerciales detenten mucho poder o en su caso que un pequeño número de compañías privadas tomen el martillo y acaricien los cochinos de los sistemas de pago virtuales para lavar dinero.