Felipe de Jesús Fernández Basilio
Desde a Janela
“Ya solo restan diecisiete días para que se vaya a … su rancho”
La reforma que deforma al poder judicial solo es el comienzo de la instauración de un régimen de corte fascista, y muy fascista, en un México que hasta ahorano ha sabido apreciar los valores de la libertad ciudadana y de la limitación del poder estatal.
Cuando vimos la reverenda porquería que fue la sesión del senado en que esa reforma que deforma al poder judicial fue aprobada, nos dimos cuenta que quienes ocupan escaños en nombre del oficialismo no son más que monos cilindreros, y con perdón para los animalitos aludidos, ya que en ningún momento abordaron la cuestión que estaban aprobando y solo se dedicaron sus intervenciones para burlarse y amenazar con la extinción a quienes no comparten su punto de vista.
El veracruzano Huerta Ladrón de Guevara con sus bravuconadas y vulgaridades al comparar su engendro con un trabajo de parto, fue uno de los más vivos ejemplos de lo que estamos hablando.
La actitud de estos farsantes, porque un legislador que no analiza iniciativas ni propone leyes es un farsante, fue tan cínica que propusieron decenas de reservas al proyecto que deforma al poder judicial solo para lucirse en la tribuna y cuando terminaban su espectáculo, inmediatamente las retiraban; y cómo no va a ser así, si no le iban a cambiar absolutamente nada a lo que envió el único legislador que tienen, su amo.
Ahora bien, la manera en que se aprobó el proyecto que deforma al poder judicial nos hace ver la manera abiertamente fascista con la que se van a hacer las cosas en México por lo menos durante los tres próximos años, si es que nos va bien.
Mayorías espurias otorgadas por autoridades electorales que velaron por su interés inmediato y no por cumplir con la ley que juraron cumplir; procesos legislativos inexistentes, toda vez que se hicieron atropelladamente y sin llevar a cabo el menor estudio de lo que se iba a aprobar, siendo el colmo las sesiones exprés en las que muchos estados aprobaron el proyecto ya que, literalmente, hubo casos que a deshoras y en instantes lo votaron.
¿Y todo eso para qué?
Para que su “Duce” salga al balcón de su “palazzo” la noche del quince y pueda proclamar la consecución de su capricho a los cuatro vientos.
Bueno cambiando de tema, pero en el mismo asunto, no podemos dejar de lado a quienes fueron traidores, porque los Yunes, los perredistas y Barreda eso es lo que fueron, unos viles traidores.
Y aunque ahora vengan con el cuento de que “votamos libremente” según los veracruzanos o “la familia es primero” para el campechano o “se extinguió el partido y ya somos libres” como dijeron el tabasqueño y la michoacana; la realidad es que no traicionaron ni a sus partidos ni a sus bancadas ni a México.
Traicionaron a sus votantes, nada más y nada menos.
¿Saben que todos estos individuos, hoy parias, fueron electos como senadores de primera minoría?
O sea, que llegaron al senado porque precisamente su razón de ser es hacer un contrapeso a la mayoría y no pasarse a ella a las primeras de cambio.
Así es, el calificativo por el que deben y van a ser recordados es por ser traidores.
Pidieron el voto y se les dio, porque prometieron hasta el cansancio que iban a oponerse y a evidenciar los caprichos y las necedades del, gracias a ellos, cada vez más cuajado dictador y ¿Qué hicieron? Tiraron por la borda el mandato recibido y corrieron a los brazos de los que juraron combatir para salvar el pellejo y/o recibir canonjías.
Les puedo comentar que contactos en los juzgados de Pacho Viejo me platicaron que desde que inició la semana, las órdenes de aprehensión contra los Yunes habían quedado en el olvido, o mejor dicho guardadas para lo que se ofrezca como la desaparición de los órganos autónomos o la militarización plena de la Guardia Nacional; veremos cómo vota el traidor cuando se procesen esas iniciativas y también veremos cómo se desenvuelven los hasta la semana pasada “justicieros” del gobierno de Veracruz y del partido en el poder.
Aquí en México se dice mucho que la política es el arte de tragar sapos sin hacer gestos y eso, queridos lectores, es una soberana pendejada y ya hay que quitarse esas telarañas de cabeza; la verdadera política es el arte de ser congruente entre lo que se ofrece y lo que se lleva a cabo y nunca jamás se debe de defraudar a quienes te honran con su voto, porque a ellos es a quienes en realidad representas.
En fin, la reforma que deforma al poder judicial es solo el principio, vienen más cosas y seguramente más destrucción vamos a ver en los próximos días; pero no todo es malo, ya que no podemos caer en el desánimo y rendirnos ni mucho menos darle ese gusto al tirano; ya que, parafraseando a Churchill, ahorita no hay más que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor, más el objetivo es la victoria a toda costa y esa victoria será la restauración de nuestra democracia.
Así que ánimo y a seguirle dando que los periodos en el poder caducan y la vida es larga.
Twitter: @FelipeFBasilio