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    Miguel Ángel Gómez Ruiz

    Contrapunto

    En su visita -sin ton ni son- a Veracruz, estado morenista, resulta que el presidente López, que estuvo acompañado del infumable gobernador Cuitláhuac García y de un séquito más que inútil, tuvo que enfrentar una protesta de trabajadores del Poder Judicial.

    En ese momento, en que iba con su distinguido modo de caminar y en abierta provocación, el presidente estuvo a punto de ser golpeado por una pequeña botella de agua. Al final eso no ocurrió, pero lo curioso del asunto es que la botella de agua fue lanzada por uno de los suyos, Jorge Cedillo, uno de tantos inútiles que han caminado estos seis años en la gestión morenista en Veracruz.

    A ello, se agrega un ataque artero de un grupo de choque morenista que fue enviado -a propósito- para agredir a los trabajadores del Poder Judicial. Todo ello bajo la aprobación de los jefes morenistas. Después del supuesto ataque contra el anciano presidente, éste siguió con su tradicional caminar y alzando los brazos, al muy puro estilo de los izquierdistas. Por supuesto que un ataque contra él hubiera sido lamentable, sin embargo, al tratarse de un supuesto ataque y de su mismo grupo todo queda como una pantomima.

    Veracruz ha sido objeto de todo tipo de violencia de 2018 a la fecha y es de lamentarse que todo haya sido a causa de la ignorancia de los mismos morenistas que permitieron todo, ya que ha habido atentados, incendios, ejecuciones, feminicidios, secuestros y lo que es peor, la extorsión, que ha desanimado a un gran número de empresarios que han preferido cerrar sus negocios.

    Y de todo ello el responsable ha sido el gobernador Cuitláhuac García, a quien el cargo le quedó muy grande, demasiado grande.

    A punto de irse, se irá sin pena ni gloria, pues el estado no tiene una obra relumbrante pues solo basta con que usted viaje por cualquier parte del estado y se dé cuenta del estado de las carreteras. Las pocas inversiones que ha habido son en la parte sur del estado y se ha privilegiado a morenistas de otros estados, pues a las empresas veracruzanas se les ha frenado.

    Morena en Veracruz ha sido un fiasco, totalmente.

    El PAN y los Yunes

    Ahora que el Comité Ejecutivo Nacional del PAN expulsó a Miguel Ángel Yunes Linares y a su hijo del mismo nombre, es el momento para que haya cambios en Veracruz, en donde hicieron sentir su poder y se adueñaron de candidaturas y cargos y hasta se dotaron de una militancia enfermiza que en nada representó beneficios para el partido.

    Con todo y que han montado un drama tras su expulsión del partido, al final hubo un voto a favor de la reforma judicial por parte de Miguel Ángel Yunes Márquez que, días antes, había expresado que su voto sería en contra.

    Contra ellos pesó que había por ahí una serie de denuncias penales, contra su padre, su hermano Fernando y contra él mismo. La presión morenista fue tal que al final, decidieron ceder e inclusive pasarse -prácticamente- al partido oficial.

    Habrá quien los juzgue y quienes no, pero yo creo que a final de cuentas, sí hubo una traición por parte de la familia, primero que nada a su partido y también, a los veracruzanos.

    Pero todo ello puede traer buenas cosas al panismo veracruzano, pues se desinfectará de esa familia y pueden trabajar en un cambio positivo para un partido que, antes de 2018, creció mucho y se ganó la confianza de los veracruzanos, sobre todo porque su sello fue realizar buenos gobiernos.

    Ahora, hay grupos panistas, verdaderos panistas que están trabajando para recuperar la grandeza de un instituto que sí se distinguió por su verdadero humanismo y que no tuvo que comprar conciencias y votos para ganar poder. Hubo sus excepciones, pero afortunadamente esos malos elementos -hombres y mujeres- se marcharon del partido y algunos se fueron a Morena.

    El PAN debe recuperar sus valores, su esencia y tener dentro a los mejores hombres y mujeres, que se comprometan a dar lo mejor de sí para gobernar para todos y no para unos cuantos. No repartir cargos, sino basarse en los mejores perfiles y actitudes para que sus aspirantes y candidatos vayan y hagan un buen papel y ganen elecciones y que al asumir sus cargos den lo mejor de sí. Y lo más importante, es que no quieran perpetuarse en el poder, que no quieran pasar de un cargo a otro, si comienzan en un cargo que lo terminen de la mejor forma posible.

    Por ello, para dirigir al PAN en Veracruz bien podría ser tomado en cuenta el empresario Francisco Gutiérrez de Velasco, hijo de un gran panista, don Alfonso que tuvo momentos de brillantez dentro del instituto. La llegada de Francisco -Paco, para quienes son sus cercanos- significaría mucho, pues descontaminaría al instituto y trabajaría con los mejores elementos para volver al partido tan competitivo como en algún momento lo fue.

    Francisco Gutiérrez de Velasco es un hombre que creció dentro del blanquiazul y tiene, además de carisma, el carácter para promover los cambios necesarios. No es un elemento de confrontación, pero sí garantiza que estaría comprometido a mejorar en todo y a recuperar todo lo bueno que se perdió.

    PD Esta posdata no será larga, ya se va el presidente López, gracias a Dios, lo malo es que le sucederá Claudia Sheinbaum que careció de iniciativa propia y se vio como una empleada del presidente en sus giras, tomando nota de todo y asintiendo a todas sus instrucciones. Un florero más.