Luis Alberto Romero
Hora Cero
Con una producción de más de 50 millones de toneladas de caña de azúcar, nuestro país se ubica entre los 10 más importantes del mundo en dicho sector.
Entre las entidades productoras destaca Veracruz, con 20 millones de toneladas; es decir, el 40 por ciento del total nacional. Aquí se cultivan 260 mil hectáreas de ese fruto.
En la agroindustria azucarera, Veracruz se encuentra a la cabeza de la lista: de los 60 ingenios azucareros que operan en el país, 22 se asientan en esta entidad, que acapara el 36 por ciento de la planta azucarera nacional.
De forma directa, 145 mil veracruzanos en campo y 22 mil obreros en fábrica dependen de esta agroindustria; de manera indirecta, un millón de personas son beneficiadas con esta actividad productiva en el territorio estatal.
Sin embargo, se trata de una industria que ha registrado muchos problemas en los últimos 20 años; primero, la importación de alta fructuosa; segundo, los límites a las exportaciones del endulzante; luego vino la inadecuada negociación de los términos del Tratado de Libre Comercio; posteriormente, la reconversión de cultivos para destinar la tierra que antes era campo cañero a la producción de otros frutos; y más recientemente, la imposición de aranceles de hasta el 17 por ciento al azúcar mexicana por parte del Departamento de Comercio de los Estados Unidos.
A todos esos factores se debe la crisis que enfrentaron los ingenios El Modelo, San Miguelito, La Providencia y San Cristóbal; y la quiebra de otras factorías, como San Francisco, de Lerdo de Tejada; Independencia, de Martínez de la Torre; La Concepción, de Jilotepec; y Libertad, de Misantla.
Pues bien, la jornada de este 27 de octubre resultó aparentemente favorable para los productores nacionales, debido al anuncio de un acuerdo que podría concretarse al finalizar noviembre y que ubicaría a México como el único proveedor de azúcar de Estados Unidos.
Fue un largo proceso de negociación que mantenía en vilo a una larga cadena que incluye a productores de caña, obreros de los ingenios, industriales, inversionistas, transportistas y proveedores en general.
En esas negociaciones se acordó que durante el próximo año, México exportará a Estados Unidos un millón y medio de toneladas de azúcar; es decir, 400 mil toneladas menos que durante el ciclo 2013-2014; la ventaja es que se eliminó la posibilidad de que se impongan aranceles, como se había amenazado al finalizar agosto del presente año, a petición expresa de la Alianza Azucarera Americana al Departamento de Comercio del vecino país.
Adicionalmente, se establece un precio mínimo para este producto: 20 y 23 centavos de dólar por libra de azúcar estándar y refinada, respectivamente; lo más importante es que se acuerda que México cubrirá toda la demanda restante de Estados Unidos, luego de que los productores de aquella nación agoten sus inventarios y se cubran las cuotas fijas asignadas a otros países, punto, este último, que despertó las suspicacias de los industriales y exportadores mexicanos, tan acostumbrados a desconfiar de las letras pequeñas en los acuerdos comerciales. @luisromero85
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