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    Felipe de Jesús Fernández Basilio

    Desde A Janela

    “Ya se fue a … su rancho”

    Como dice el cintillo, López Obrador ya se fue a donde se tenía que ir y no le vamos a extrañar.

    Terminó ese sexenio y quedará para la revisión histórica el confirmar lo que se viene diciendo sobre su nula calidad en los aspectos fundamentales para los que está diseñado el Estado: Seguridad, diplomacia, salud, educación, etc.

    Ahora toca ver lo que sigue y comenzar a ocuparnos de la administración que recién comienza.

    Dicen que las segundas partes muy raramente superan a las primeras y este caso muy probablemente no va a ser la excepción, ya que a pesar de que cuentan con un poder casi absoluto y, en apariencia, también con la estructura electoral para garantizar ese poder por varias décadas, no todo es tan sencillo como parece.

    La generación de votos para la transformación que no fue ni será es como una rocola, sinfonola o cinquera, es decir, una máquina que genera muchos votos y niveles de popularidad altos mientras le introduzcan sus moneditas o cincos; y si no hay monedas, la fiesta se termina de inmediato.

    Hasta ahora, ha funcionado debido a que han tomado los diversos fondos (como el Fonden) y los ahorros gubernamentales para tal efecto; sin embargo, el dinero tarde o temprano se acaba y, al parecer, eso ya está ocurriendo.

    Siendo muestra de ello, el que la presidente hizo el anuncio de que para el próximo año se va a compactar aún más el gobierno desapareciendo áreas completas de la administración pública y aunque, trata de presentar la medida como de austeridad, la realidad es que el gobierno se canibaliza a sí mismo, cuál cuerpo en ayuno prolongado, debido a que no tiene dinero suficiente para ponerle a la sinfonola electoral.

    La primera parte tuvo dinero, la segunda está mucho más baja de presupuesto.

    También tenemos que la presidente se empeña en ser idéntica a su predecesor, hasta la nada republicana y mucho menos laica chamaneada le copió.

    Sucediendo exactamente lo mismo con su primer mitin en frente de su palacio, en cual hizo lo mismo que el que se fue, proponer cien puntos.

    Y qué decir de que ya comenzó con la nueva temporada del mismo circo mañanero y con los mismos temas, ya que cambiaron el nombre a las secciones, pero siguen siendo las mismas.

    Cada vez más confirmo mi teoría de que un doctorado machetero es incapaz de producir una sola idea original.

    Y ¿Cómo ven que se fue a Acapulco a gastar innecesariamente recursos públicos contradiciendo flagrantemente su supuesta austeridad?

    Porque trasladarse por aire y tierra a una base naval para coordinar una simple reunión fue un despliegue de recursos innecesario, ya que bien pudo llevarla a cabo desde su despacho por vía remota y así llevar a cabo el ahorro que tanto pregona.

    Ahora bien, de la inauguración del periodo presidencial de Sheinbaum, ¿Qué podemos decir?

    Que en dicho evento se corrobora que en México no existen legisladores, ya que el evento en el Congreso de la Unión más bien pareció un concierto en el cual los fanáticos se abalanzaron sobre sus ídolos para poder tocarlos y conservar una foto con ellos.

    En su discurso, la presidente se deshizo en elogios para con su mentor y predecesor para luego contar la historia de bronce maniquea que tanto le gusta y rematando con denuestos a quienes critican al gobierno (al decir con altanería que miraran con la cabeza fría los logros de su adorado antecesor) y al poder judicial.

    Y por último les comento que, en dicho discurso, la presidente dijo la primera gran mentira de su sexenio y al igual que su terno jefe, más tardó en pronunciarla que la dura realidad en desmentirla y poner las cosas en su lugar.

    Resulta que Sheinbaum aseveró que el país no se militariza con el paso de la Guardia Nacional a la Sedena y en instantes fuimos sabedores del primer acto de brutalidad militar en Chiapas, cuando los soldados hechos policías masacraron a un grupo de migrantes por no detenerse cuando les hicieron el alto; si la policía fuera civil, como debe de serlo, los hubieran detenido sin el uso de la fuerza letal.

    Aunque la presidente diga misa, los militares están entrenados para eliminar y no para investigar.

    En fin, comienza la segunda temporada de lo mismo que ya hemos vivido, solo que la conductora y las circunstancias son diferentes, veamos cómo les va y, la verdad, no creo que muy bien; a menos que muden el guión, porque como ya dijimos, las segundas partes no suelen ser mejores que las primeras y esta no va a ser la excepción de esa regla.

    felfebas@gmail.com

    Twitter: @FelipeFBasilio