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    Luis Alberto Romero
    Hora cero

    La salida del llamado grupo yunista del Partido Acción Nacional (PAN) implicará una reconfiguración en la política estatal veracruzana.
    Tras el apoyo del senador Yunes Márquez a la reforma judicial, se desataron acusaciones de traición desde la dirigencia nacional del blanquiazul. Es un hecho que el PAN ha echado de sus filas al exgobernador Yunes Linares y a su hijo, el senador Yunes Márquez, quienes no son perdonados por haber otorgado la mayoría en la Cámara Alta a la 4T.
    Posteriormente, el dirigente estatal del Partido del Trabajo (PT), Vicente Aguilar, declaró que, si su líder nacional, Alberto Anaya, lo instruye, Yunes podría incorporarse a esta fuerza política. Tras esta declaración del petista veracruzano, se fortalecieron los rumores de que la llegada de Yunes a la 4T, a través del PT, era cuestión de tiempo.
    A pesar de las expresiones locales de rechazo a esta posibilidad, surgieron voces desde el Altiplano, como la del presidente de la Mesa Directiva en el Senado, Gerardo Fernández Noroña, sugiriendo que la 4T debería arropar al polémico senador veracruzano.
    Si Yunes se uniera al Partido del Trabajo, el escenario político veracruzano experimentaría un cambio significativo. Primero, por el peso político que esta familia aún conserva en la entidad, especialmente en la zona conurbada de Veracruz-Boca del Río. Segundo, porque la salida del exgobernador y del senador representaría un golpe fuerte para el PAN, afectando su posicionamiento en el estado.
    En el proceso local de 2024, el PAN logró más de 640 mil votos, lo que equivale al 18.7% del total estatal. Sin embargo, la desvinculación de esta familia del blanquiazul podría traducirse en una nueva derrota en las elecciones municipales de 2025 para el partido que dirige Marko Cortés a nivel nacional.
    Aún más preocupante para el PAN es que, en la última década, ha dependido significativamente de Yunes Linares, quien, como gobernador, controló la fuerza política, definió candidaturas y estableció acuerdos entre las diferentes fracciones internas. Este dominio resultó en una hegemonía que ha limitado el avance de otros grupos, como el del exsenador Julen Rementería.
    Por otro lado, la posible llegada de Yunes al PT-Veracruz podría significar un ascenso importante para esta fuerza política, que en las pasadas elecciones locales apenas superó el 3% de los votos. Sin duda, Yunes y su grupo podrían catapultar al PT a niveles que dicho partido no ha alcanzado en toda su historia en la entidad. No obstante, queda la duda sobre el costo que esta incorporación podría representar para el PT, dado que el grupo Yunes ha controlado en distintas etapas al PRI, PAN y PRD en el estado.
    En 2025, veremos qué resultados obtiene el panismo veracruzano sin Yunes; de igual manera, cómo recibirían en la 4T a esta polémica familia, que buscará mantener el control político de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
    @luisromero85