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    Arturo Reyes González 

     Burladero

    Quien diga que las historias de éxito en la 4T solo son para personajes como el propio “Prejidente” y su familia, bueno y los Bartlet, los amigos de Andy, y… bueno, usted entiende; pues está más que equivocado.

    Los beneficios de lo que será esta histórica transformación llegan a todos los niveles, ¡eso es lo maravilloso de la misma!; a diferencia del pasado ¡ese maldito pasado!, en el presente -Gracias al creador- así como hay servidores de la nación, hay becarios, adultos mayores y sus pensiones, pero también se ha sabido de casos de personajes, realmente “personajes” que salieron muy ganone$ con el cambio.

    Claro, todo ello producto de su trabajo, talento y lealtad, ¿cómo decía el hoy expresidente? Ah, sí… 90% lealtad y 10% capacidad, o algo así… 10, 8, 5…bueno cierto porcentaje de capacidad; nunca dijo para qué, pero al final de cuentas capacidad.

    ¿Ejemplos? Acá en la aldea, pues están los García (algunos incluso de la familia del señor Gobernador Cuic), los Zen Escobar pero también García; los de la familia de “Ele”, sí, claro, Eleazar Guerrero Pérez y descendencia, que algo de García deben de llevar… la explicación ya la dio Don Cuic en su momento.

    Y un nivel un poco, poquito más abajo, vienen otras exitosas familias como los Valerio Zamudio y algunas otras más.

    Sí, mire usted, esta historia sí es digna de los mejores guiones novelescos de Telerisa, en serio, este sí, sino lea y juzgue usted mismo:

    La historia de superación

    Lea bien y dígame si no es meritorio el caso de Aldo, quien cuentan ciudadanos de la región de Córdoba que aún lo recuerdan, empezó como un muchacho más del pueblo, trabajando y luchando, abriéndose paso en la vida, siempre luchador y entusiasta.

    Pues resulta que un día, la vida llevó a Aldo a desempeñarse como encargado del acceso a un centro nocturno donde -insisto- cual guion de novela de “Telerisa”, le cambiaría la vida.  

    Así, de “cadenero”, mil disculpas, encargado del acceso al centro de espectáculos nocturno donde Zen (sí, Zenyazen Escobar) alguna vez demostró sus habilidades picarescas, bueno… histriónicas, ok, ¡sí!, bailó y se desnudó; el chiste es que se ganó la vida sobreviviendo de su cuerpo, ya viejo tema, que creo que no vale la pena recordar.

    Pero, retomando, Aldo llegó como un humilde trabajador al mismo antro, y no se quedó conforme con la entrada y se aplicó para cumplir su meta personal de algún día compartir escenario con su ídolo y guía moral, “Tarzan Boy”, hasta que finalmente lo logró.

    Hoy lo ve usted llenito, sí, está a punto de irse lleno, pero no solo de recursos materiales, sino que también de amor (está a punto de acudir al altar para matrimoniarse a inicios del 2025), pero como le decía, tuvo su momento, donde disfrutó por primera vez las mieles del éxito junto a Zen y de ahí se ganó su total respeto y cariño.

    Tiempo después Aldo estaba laborando como cajero de un Sanborns en la ciudad de Puebla, hasta que conoció a la licenciada Vania, quien le ve talento para las ventas, los negocios y el “busines”, por lo que no lo duda ni un momento y lo repatría a tierras veracruzanas para vender publicidad de su revista, en ese entonces un “nuevo” y exitoso proyecto que inició coincidentemente a la par de Morena en la entidad.

    Es ella quien genera el reencuentro de Aldo con un “nuevo” funcionario del cuitlahuismo con quien sin saberlo ya había colaborado en el pasado, era nada más y nada menos que “Tarzan Boy” ¡Vaya reencuentro!, le digo, telenovelesco totalmente el tema y pues… ¿cómo dicen? Ah, sí, si llega uno llegan todos.

    El resto de la historia ya es de casi todos conocida, se juntaron, hicieron equipo y han trabajado en distintos momentos y cargos desde entonces. La vida les sonrió.

    ¿Aja y, ese es el fin? No…

    Resulta que el propósito de este texto, además de relatar esa bella historia de éxito y fraternidad -a fin de que no se pierda en el tiempo-, es que se requiere auxilio urgente, y ayuda para el buen Aldo, quien realmente está sufriendo porque la gente de la SEV ya no lo quiere, y pues no se vale, mire, él ha gestionado, bueno impuesto y metido a muchas y muchos a trabajar a la dependencia desde que llegó Zen y hoy, cuando ven su posible final -del primer piso de la 4T en Veracruz, no de Aldo-, ya no le quieren hacer su trabajo sin hacer caras ni gestos.

    A ver, sí, es cierto que le hacen la chamba, le redactan los textos de la dependencia, de Zen y de lo que se requiera, pero como ya vienen los cambios y hay que atender a lo nuevo que se instruya, ya no lo quieren ayudar. ¡No se vale!¡Pobre!

    Entonces, ¿Todo es todo? ¿Ya no se le van a hacer nada? ¿Ni los spots, ni los textos, las fotos y lo que se requiera o le pidan?

    Con motivo de este suceso, algunos se preguntan si podría ser que deje de ser machista, misógino y ya no quiera humillar a todo aquel o aquella persona que este bajo su mando. ¿Cómo ve, apuestas?

    ¡Paaaa! (Expresión coloquial muy utilizada en el puerto de Veracruz). Imagínese, que Aldo ya no se burle de nadie, no les ponga apodos, no las acose ni amenace a ninguno de su personal, que no pueda manejar temas de la nómina a su modo y antojo. ¡No se vale!

    ¿Será que personal de la próxima gobernadora quiera tomar nota de todos los comentarios públicos del tema y quieran auditar su área, por donde a final de cuentas pasó bastantito recurso?

    Por cierto, dicen que parte de la historia del área de Aldo inició en este sexenio con la creación de nuevos medios de comunicación afines a sus jefas y luego él copió la formula y de ahí pal’ real. ¿Como cuáles? Los chismosos dicen que algunos de ellos fueron Perfil (propiedad de Tonatihu García Jiménez, hermano del todavía gobernador Cuitláhuac García Jiménez), Ruta Electoral y otros varios.

    Un último detalle de Aldo -sí, ya, prometo que es lo último- proporcionado y confirmado por la misma flota reporteril de distintas regiones del estado, es que en la última campaña a la Gubernatura, la  que se desarrolló en el estado de Veracruz meses atrás, Aldo Valerio fue uno de los que manejó el recurso destinado a los medios de comunicación que cubrieron y difundieron la campaña de “la señora”, lo cual generó enojo, ya que según testimonios recabados por Burladero, Aldo se comunicaba para ofrecer una X cantidad con la firme idea de influir en el sentido de alguna nota o columna, y si le decían que no, dejaba pasar unas horas y se volvía a comunicar para ofrecer más recurso; le incrementaba la cantidad hasta una o dos veces la primera que había planteado, lo que despertó severas sospechas de su actuar y consolidó la duda de si el recurso que ahorró se fue a una bolsa prematrimonial.

    Así con el buen Aldo. Una estrella más del canal de las estrellas.