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    Mara I. Cruz Pastrana
    Feminista

    La depresión puede ser producto de una gran variedad de factores que incluyen la violencia de género, es un trastorno del estado de ánimo y se ha extendido tanto que afecta a millones de personas en el mundo, especialmente a niñas, adolescentes y mujeres. La violencia contra las mujeres toma muchas formas que van desde la violencia psicológica, sexual y física, entre otros tipos y diversas modalidades; puede ser ejercida por familiares, amigos, familiares y desconocidos. Puede tener graves consecuencias para la salud mental y física de las víctimas, incluyendo la depresión.
    La depresión es un trastorno que se caracteriza por sentimientos de tristeza, desesperanza y pérdida de interés en las actividades que otrora se disfrutaban; puede ser causada por una gran variedad de factores que incluyen la genética, la química cerebral, la propia historia personal y eventos estresantes que se detonan en el transcurso de la vida.
    La violencia de género es un factor de riesgo que puede detonar la depresión y sentimientos de culpa, vergüenza o humillación que contribuyen en el desarrollo de esta condición que se agrava y puede llevar a la pérdida de control y autonomía. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la violencia de género es una de las causas principales de depresión en mujeres, alrededor del 30% de las mujeres que viven este tipo de violencia desarrollan depresión; puede tener graves consecuencias para la salud mental y física de las víctimas, deteriora la calidad de vida y aumenta el riesgo de suicidio.
    La depresión causada por violencia de género no es un problema personal, es un problema social y cultural; es un problema estructural que involucra la socialización, la cultura y a las instituciones, por lo que es necesario que se adopte un enfoque integral que incluya: la prevención, la detección y el tratamiento mediante programas de concienciación sobre la violencia de género, la capacitación de profesionales de la salud y la justicia que aborden este problema creciente en nuestra sociedad. La depresión causada por la violencia de género se ha extendido y solo adoptando un enfoque integral y coordinado podemos prevenirlo.
    La prevención del suicidio por violencia de género es un tema crucial que requiere estrategias de prevención como la sensibilización y concienciación, esto puede lograrse con campañas publicitarias, programas educativos y talleres comunitarios; se necesita dar acompañamiento a las víctimas, que incluya asesoría, terapia y apoyo emocional; se requiere fácil acceso a los servicios de salud mental, fortalecimiento de redes de apoyo y conexión con recursos comunitarios.
    El incremento en este problema social nos alerta para poder reconocer los signos de alerta de suicidio como son la depresión, la ansiedad, el aislamiento social y la ideación suicida, para poder brindad apoyo y acompañamiento a las personas que están experimentando signos de alerta del suicidio. Es necesario garantizar el acceso a servicios de salud mental y promover los recursos existentes como las líneas telefónicas de ayuda y que instituciones como son los Institutos de las Mujeres y Centros de Justicia tengan personal capacitado que pueda alertar sobre estos casos.
    La depresión por violencia de género es un trastorno del estado de ánimo que puede tener consecuencias devastadoras para las personas que lo experimentan. En el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres debemos crear conciencia de que la prevención del suicidio por depresión y violencia de género es un compromiso que requiere acción conjunta de la sociedad, las instituciones y los individuos. Juntos podemos crear un entorno más seguro y solidario para todas las personas y reducir el riesgo de suicidio.