José Luis Enríquez Ambell
Café de Mañana
La gobernadora acaba de reiterar que la carretera del estado que está en las peores condiciones es el tramo Pánuco-Tantoyuca y Tantoyuca-Tuxpan, y anunció que la próxima semana visitará esta zona para comenzar a atender esta problemática.
En conversaciones diversas con amistades y conocidos del norte de Veracruz, todos coinciden en que, durante varias décadas, las autoridades del estado y la federación los han atendido de manera muy relativa, poco intensa frente a las necesidades e importancia de aquella zona.
Basta con apreciar un mapa, para quienes no conocen o no han recorrido esta región en algún momento. Es una enorme extensión del territorio veracruzano de poco más de 6,000 kilómetros cuadrados, incluso poco poblada, pero con carencias en varios aspectos, sobre todo en su infraestructura carretera, no solo la que atraviesa de la costa hacia el interior.
Una simple descripción es que esta región ocupa el espacio desde el río Pánuco y la frontera con Tamaulipas al norte, hasta la laguna de Tamiahua y la sierra de Otontepec al sur. Hacia el poniente llega a la Sierra Madre Oriental (Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí y Tamaulipas), con lomeríos y planicies que forman el noreste de la Huasteca veracruzana. En el siglo pasado, las grandes haciendas ubicadas en esta región se dedicaban al ganado. Actualmente, existen dos carreteras principales que comunican el norte con el sur y bordean el territorio: una a lo largo de la costa y otra que pasa por los lomeríos al poniente. Sin embargo, entre estas dos carreteras existe una inmensa superficie sin caminos transitables, a pesar de ser una zona llana y accesible.
Familias como los Sánchez Cruz en Platón Sánchez, los Arango de la Huerta en Tuxpan, los López Rivera Montesoro en Gutiérrez Zamora, los Grajales Sansores en Papantla, los Elías Rodríguez en Poza Rica, los Martínez Santander Hernández en Tantoyuca, los García Cruz y los Robles Campos en Tempoal, así como los Hernández Sagaón en El Higo, han compartido en reuniones y conversaciones el abandono que han vivido. Personalmente lo he constatado en recorridos, pues el norte tiene tierras incógnitas que merecen incorporarse al desarrollo.
Esta región alterna paisajes de potreros de gran extensión, selva tropical, sabanas arboladas y espesas. A veces, hay que abrir el camino pasando debajo de árboles centenarios que visitantes y paseantes podrían disfrutar, pero no se ha hecho mucho para promover estos atractivos.
En Ixhuatlán de Madero, frente al hospital en Llano de Enmedio, alguien alguna vez me dijo: “El ruido de las camionetas lecheras, los tráileres de compradores de ganado y las aeronaves rompen el silencio de estos espacios casi vacíos”.
Entre los arbustos y las carreteras internas de Chicontepec y Huayacocotla, es común encontrar peones acasillados, los vaqueros que cuidan las fincas ganaderas, ordeñan vacas y elaboran queso. Este paisaje es toda una postal de la vida rural.
Con estos ligeros rasgos de la zona alta, que también se aprecian en las llanuras, puedo describir una mínima parte de la región norte, entre “las llanuras costeras” (Pueblo Viejo, Tampico Alto, Ozuluama y Tamiahua) y “la sierra de Otontepec”. Esta se extiende transversalmente al sur e incluye municipios como Tantoyuca, Tempoal y Pánuco. Más al sur, de Álamo hasta Papantla, predominan cultivos agroindustriales como cebollas, sorgo, tomates, algodón, cítricos y platanales, pero también requieren caminos y carreteras en mejores condiciones.
Un dato inevitable es que cerca del 40% de la actividad ganadera de Veracruz se encuentra en el norte, lo que contribuye significativamente a que el estado sea el primer productor ganadero del país.
DE SOBREMESA
El impulso que la presidenta Claudia Sheinbaum y la gobernadora Rocío Nahle den al norte de Veracruz podría potenciar a Tuxpan como el sitio de mar y playa más cercano a la zona metropolitana de la Ciudad de México, lo que maximizaría el desarrollo económico integral.
¡ES CUANTO!
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