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Vicente Luna Hernández
Las militancias territoriales del partido verde y del partido del trabajo, seguramente al ganar una elección sea municipal , estatal o federal le apuestan a lograr espacios en las respectivas administraciones, le apuestan a ganar posiciones que les permitan seguir creciendo en estructura territorial y en presencia en Veracruz, las dirigencias nacionales , estatales y las coordinaciones municipales tienen la gran responsabilidad de ser la voz de esa militancia que trabaja de manera entusiasta por fortalecer sus partidos pero también por su crecimiento profesional y político, ¿acaso es un pecado político?
Es cierto que los partidos quieren votos para mantener sus registros ante los órganos electorales, es cierto que los partidos le apuestan a candidatos que – tal vez – no tengan muchas posibilidades de ganar una elección pero representan un número importante de votos, es cierto que las elecciones municipales son de mayor participación y efervescencia ciudadana pero también es cierto que el riesgo de perder el registro – en este caso estatal – siempre está latente y el PRD es un claro ejemplo de ello, ¿alguien pensaba que el partido de izquierda perdiera el registro en un Estado que llegó a ser unos de sus principales bastiones electorales?
El PT y el PV tienen un reto que – tarde o temprano – tienen que superar, caminar solos en determinados momentos e ir consolidando su presencia territorial para logar espacios de poder para su militancia y sus cuadros más competitivos, tanto en el 2018 como en el 2024 no se ve a cuadros de ambos partidos integrando el gobierno estatal o el gobierno federal, ¿ en qué consiste la alianza a favor de ambos partidos? ¿Acaso la fuerza legislativa del PV y del PT no es digna de tomar en cuenta para logar “rebanadas” de pastel del poder gubernamental? ¿Acaso solo es cuestión de lograr más votos y por lo consiguiente más dinero pero no espacios de poder político más allá del Congreso de la Unión? ¿Cuantos espacios de poder tienen ambos partidos en la administración de las cámaras federales y en el Congreso del Estado?
Seguramente que en los recorridos que llevan a cabo las y los dirigentes de ambos partidos el reclamo siempre es el mismo, ¿qué gana la militancia de territorio cuando se gana el poder? ¿Acaso al llegar a una dependencia de gobierno – Municipal, Estatal o Federal – son tratados como dignos aliados que contribuyeron a la victoria electoral? ¿Está la militancia del PV y el PT en los discursos triunfalistas de los gobernantes más allá de que sus dirigentes estatales tengan ciertos privilegios? ¿Esos “privilegios” aterrizan en campo?
En el 2021 hubo partidos políticos locales para dar y regalar, recuerdo que en Ciudad Isla para presidente municipal hubo 10 candidatos, sin embargo, la mayoría de las dirigencia estatales de esos partidos se comportaron como ambiciosos vulgares y solo FXM mantuvo su registro local pero no fue por el trabajo de su dirigencia, apoyo económico e institucional ni por la capacidad de liderazgos de su dirigencia estatal, sino por la capacidad de movilización , inversión económica y de talento de su militancia y de sus candidatos que se logró mantener el registro local en 2021, sin embargo, en el 2024 perdió su registro y sus dirigentes sin vergüenza alguna caminan en las calles con la satisfacción del deber cumplido, ¿acaso no es una historia para tomar en cuenta por otros partidos?
El PT y el PV deben tener muy presente historias como la mencionada anteriormente, seguir caminando a la sombra de morena es bueno para ser parte de una victoria electoral municipal, estatal o federal, seguir tomados de la mano les permite ganar espacios legislativos, ¿pero cuantos legisladores locales o federales protegen a la militancia o impulsan a la misma a lograr espacios laborales o políticos? ¿Qué quiere realmente las militancias del partido del trabajo y del partido verde? ¿Acaso solo quieren ver como se les alza las manos a los triunfadores al final de una campaña sin probar el pastel del poder?
Los Comités Directivos Estatales – todos integrantes – deben tener muy presente que son servidores públicos en otras palabras, “empleados” de sus militancias, de hombres y mujeres que en cada municipio trabajan – sin sueldo alguno o las mayorías de las veces – en aras de fortalecer sus estructuras territoriales y promover las ventajas de integrar sus filas, de hombres y mujeres que apuestan por sus siglas para lograr espacios laborales y el poder político, que nadie se confunda, es tiempo que el PT y el PV tenga el reconocimiento de ser parte de una alianza que hoy es tiene el poder político en el país y cuando digo que tengan el reconocimiento…me refiero a esa militancia que – a pesar de todo – aún cree en ellos.
Es cierto, Morena es el partido de mayor aceptación social en México, es cierto, Morena tiene presencia territorial activa – casi – de manera permanente, es cierto, Morena tiene lo que ayer tenía el PRI, candidatas y candados para dar y regalar, sin embargo, también es cierto que poco a poco se fue quedando solo, la soberbia es muy mala consejera y hoy el PRI en el Congreso del Estado, debe alzar la vista para ver las bancadas del PV y del PT… a los aliados hay que tratarlos con dignidad y respeto.
P.D.- Con el ánimo que toda militancia sea tratada con dignidad y respeto ya que son el alma, corazón y espíritu de todo partido político…Escribiré otro día.