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     Teresa Carbajal

    “Debo, no niego; pago, lo justo”

    La realidad supera a la ficción cuando de colocarpréstamos se trata; cualquier necesidad personal que requiera dinero para su solución es una oportunidad para los prestamistas, y si no hay necesidad pues no importa, la financiera te la crea.

    Para ejemplo el caso de Julieta, nombre usado para proteger su verdadera identidad, quien atendió la invitación de una financiera que opera bajo la forma de Sofom (Sociedad Financiera de Objeto Múltiple, Entidad Regulada), esa invitación se encontraba en la publicidad oficial y permitida de la acreditante, como anuncio principal de su página de internet.

    En ella se invita a las mujeres a ser Empresarias, proporcionándoles una oficina digital, bajo la idea de que basta bajar una aplicación (propiedad de la financiera) para tener dicha oficina a su disposición desde su teléfono móvil. 

    En efecto, cuántos emprendedores tropiezan con la necesidad de rentar una oficina, contratar empleados, servicios, mantenimiento, limpieza, pagar impuestos y todo lo que se ocupa en la operación de un emprendimiento. 

    Por eso la idea de tener un negocio con oficina, sin gastar un solo peso es atractivo para cualquiera; si encima de ello, te ofrecen no tener un horario fijo y la posibilidad de que este “negocio” se desarrolle en tu tiempo extra, como un segundo empleo, o sin necesidad de descuidar a tus hijos, pues es una oferta irresistible.

    ¿Pero en qué consistía el trabajo de empresaria? Pues en ser la Empresaria de los préstamos. Para consumar el plan, la financiera les otorga una línea de crédito personal, para que a su vez ellas puedan prestar ese dinero a sus propios clientes.

    Clientes que ellas deben conseguir, convencer yreclutar; pues las Empresarias, son las responsables de llenar las solicitudes de créditos, reportarle a la financiera, hacerles la cobranza, y depositar de manera quincenal el dinero con intereses; todo con sus propios medios, pero sin generar una relación laboral con la financiera. 

    Y sin responsabilidad alguna para la Sofom, pues por eso ¡ellas son las empresarias! Así las cosas, si alguna de sus clientas se atrasa en el pago, por cuestiones de esas imponderables que siempre acontecen, la Sofom estará segura pues la empresaria les responderá por el pago total, desde luego el quincenal y en caso de algún atraso, la empresaria es la que debe responder y pagar el completo, aunque después ella vea de qué manera le hace para reponer el dinero. 

    ¿Y como genera esa responsabilidad en la Empresaria?, pues, para ingresar ella firma pagarés, contratos, y da las garantías que se requieren para respaldar o garantizar el pago de la deuda. Porque la acreditada es ella, aunque los beneficios sean para la Sofom.

    Si lo vemos desde afuera, la Sofom se ahorra un empleado, o gestor (ejecutivo) de colocación de créditos, pues todo lo tiene en la Empresaria, a quien a cambio de una bicoca como comisión le carga toda la chamba de buscar clientes y recuperar el pago. 

    De todo esto nos enteramos por la llamada de auxilio de una de estas empresarias que vive la psicosis de la cobranza abusiva brutal en su contra, pues los hechos que narra son verdaderos actos de violencia e intimidación que deben denunciarse. 

    Es un thriller, la forma en que llegó a la situación que vive actualmente; y aumenta el terror o suspenso –ya no sé- la operación de la inteligencia de la aplicación, pues no le permite tomar ni capturas de pantalla, ni descargar las evidencias de todos los pagos que ha hecho. 

    Desde luego que como todo lo digital, no trae en mano en su visita, los contratos, recibos, vales, ni evidencia alguna de lo que narra; de tal manera que parece que todo existe solo en su imaginación.

    A la mano lo único que tiene es un aviso de cobranza, en donde le dicen que no cuenta con muchas horas para poder cumplir con el compromiso de pago, recordándole que ella y solo ella, es la única responsable de la deuda.

    Ello suma a la amenaza, eso sí, de comenzar a molestar a los ‘clientes’ que ella enganchó para acusarla de que ella no ha pagado. Qué peor miedo puede sentirse cuando no se tiene dinero, de tener que pagar lo que no se usó, pues si los clientes deciden simplemente no pagar o le suspenden los pagos, ella tendrá que juntar lo del completo de la ‘quincena’ y lo del total de la deuda, que ya con intereses pues suma una fortuna.

    Únase ya, a la Jornada Estatal para la Defensa del Patrimonio Familiar 2281148502 visite  www.elbarzonrc.org Contacte elbarzonrc@yahoo.com.mx, O sígame en @terecarbajal