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    Angelica Rivera

    Armando Ortiz

    El Hijo Pródigo
    Como si le hiciera falta exponerse todavía más al ridículo, los asesores del presidente, forjados en la academia de Televisa, recomendaron que Angélica Rivera, “La gaviota”, explicara cómo y con qué dineros, adquirió su residencia llamada por los medios la “Casa Blanca”. El video se encuentra en Youtube. Televisa, sin haber hecho nunca un comentario sobre el reportaje periodístico del equipo de Aristegui Noticias, le dio espacio en horario estelar para que el video de la explicación saliera al aire en cadena nacional. Con una actitud retadora, un gesto de ofendida y al final de indignada, Angélica Rivera articuló argumentos absurdos, empezando por decir que en su carrera como actriz en televisa llegó a ganar lo suficiente como para adquirir una casa valuada, según los datos de Presidencia, en 54 millones de pesos; según datos de Aristegui Noticias, de más de 83 millones de pesos. 25 años estuvo en Televisa grabando telenovelas exitosas, según ella.
    Con un parpadeo constante, que no podía controlar, “La gaviota” señaló que se estaba cuestionando su honorabilidad y la de sus familiares. Por lo tanto prefería salir a dar esas explicaciones. Retadora afirma que no tiene nada que ocultar, sin embargo, ha decidido desprenderse de esa propiedad. Casi al final agrega que, para que no se preste a malas interpretaciones, también tiene un departamento en Miami y un departamento en La Herradura.
    Por supuesto las redes sociales la hicieron talco. Si ya de por sí estaba remolida, está vez polvo quedó de la imagen de esta primera dama de telenovela.
    De acuerdo con un estudio de los profesores Sharon Leal y Aldert Vrij, expertos en la detección del engaño, del departamento de psicología de la Universidad de Portsmouth en Inglaterra, “cuando una persona miente, su parpadeo se vuelve más lento (fruto de la mayor actividad cognitiva) e inmediatamente después de expresar su mentira, el parpadeo se acelera”.
    Eso es justamente lo que sucede con la señora Angélica Rivera, quien al final de su explicación no podía controlar el constante parpadeo. Conversando con un amigo sobre la explicación que en su momento Eduardo Sánchez, vocero de la Presidencia, le diera a Carlos Loret de Mola en entrevista, éste, que es un experto en comunicación, me comentó que Eduardo Sánchez tartamudeó en la entrevista porque “ni siquiera él creía en lo que estaba diciendo”.
    Angélica Rivera demostró, en esa exposición a que la obligaron, que es una mala actriz, una pésima actriz. A nadie convenció esa burda escena de mujer indignada, y si no lo creen vayan a las redes sociales y lean los twitters, ríanse con los “memes” y verán que los mexicanos están cada vez más hartos de que les vean la cara de pendejos.
    ¿Qué sigue ahora? Pues mantener esa actitud retadora, mantener el rostro en alto, levantar la voz, hablar golpeado, regañar al pueblo por crédulo y hacer creer que la investigación periodística de Aristegui Noticias puede tener una intención desestabilizadora para el buen gobierno de Peña Nieto. En pocas palabras, hay que seguir mintiendo, porque una gran mentira es más creíble que una simple mentira.
    Que la telenovela siga al aíre, el público ya está acostumbrado a ellas.

    Armando Ortiz aortiz52@hotmail.com

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